Así funciona el tratamiento con plasma para enfermos de COVID-19
¿Cómo se usa el plasma convaleciente de personas recuperadas en pacientes críticos con COVID-19? ¿cuánto plasma se utiliza? ¿qué medidas de seguridad se tienen? Servando Cardona, director de Investigación Clínica de TecSalud, del Instituto Tecnológico de Monterrey (México), explica el funcionamiento de este tratamiento innovador que está utilizando contra esta enfermedad. Afirma que esto les está dejando aprendizajes que calificó de extraordinarios, y que podrían utilizarse a futuro.
¿Qué es el plasma convaleciente?
El plasma convaleciente es aquel que se obtiene de personas que tuvieron la enfermedad y que ya sanaron, explica. «La única parte que se extrae es el plasma, que es un líquido libre de células rico en estas proteínas que se les llama inmunoglobulinas, que sirven a otras personas porque tienen anticuerpos». Aclara que los demás componentes de la sangre, como células rojas, células blancas, plaquetas, los linfocitos, entre otros, se regresan a la persona que está donando.
Explicó que los anticuerpos que buscan les llaman neutralizantes, ya que son los que funcionan mejor contra este virus. «Puede que alguien tenga muchos anticuerpos, pero pocos neutralizantes, o que tenga pocos, pero todos sean neutralizantes. Eso es lo que estamos aprendiendo, qué tanto varían».
Una misma persona puede volver a donar en un lapso de tres semanas, pero hasta el momento no saben cuántas veces podría hacerlo, y eso es algo que buscan descubrir en esta investigación.
¿Cómo es el proceso?
El especialista dice que el tratamiento parece sencillo, aunque hay muchos aspectos que se deben cuidar, ya que se está tomando el plasma de una persona que estuvo enferma de COVID-19.
Lo primero es asegurar que el donador no presente la enfermedad, por lo que deben pasar 14 días, dice el doctor. «Luego, se hace un hisopado nasal, igual que la primera vez para detectar la enfermedad. Si es negativo, ahora sí, hacemos una determinación de la carga viral en el plasma, es decir, qué tantos virus circulan en la sangre de la persona».
Si es negativo este resultado en plasma, se hace un proceso que se llama ‘aferesis’ que es la extracción del mismo, dejando las demás células sanguíneas. Ya que se obtiene el volumen, por ejemplo 600 mililitros, se fracciona en 3 paquetes diferentes.
«Hay que recordar que las personas hospitalizadas tienen neumonía y generalmente están conectados a un ventilador. Si les ponemos una sobrecarga de líquido, puede que «ahoguemos» al paciente, porque sus pulmones se van a llenar más«. El procedimiento es dar primero 200 mililitros, y tras 24 horas dar una segunda dosis. Ahí se determina si es necesario aplicar otra dosis de 200 mililitros al quinto día
«Al poner el suero, queremos ver cuánto va disminuyendo el virus, es decir, ver realmente que el antídoto funcione en orden exponencial decreciente». El especialista mencionó que esta técnica funcionó en los primeros tres pacientes a quienes le aplicaron el plasma convaleciente. «Hemos observado pacientes con carga viral baja, pero con otras enfermedades como hipertensión, diabetes, insuficientes renal, que los hacen más propensos a la enfermedad, y hemos visto a jóvenes con carga viral alta que no tienen ningún síntoma».
Señala que hasta el momento no se ha podido identificar realmente si el sistema inmune de las personas funciona adecuadamente o no, y si eso produce la enfermedad. «Lo que sí hemos visto es una asociación de aplicar plasma y las cuentas de linfocitos B. Ver cómo el cuerpo va respondiendo es algo bueno».
¿Qué retos enfrentaron?
Cardona mencionó que se dieron cuenta que los anticuerpos van disminuyendo en las personas en cuanto se curan de la enfermedad. «De ahí tuvimos que determinar cuál era el momento exacto para extraer ese plasma que tuviera suficientes anticuerpos para que fuera útil para la otra persona».
Este tiempo lo determinaron en 14 días, que es el periodo que los anticuerpos están suficientemente elevados. «Estamos aprendiendo mucho del sistema inmunitario, esto es extraordinario, y nos está sirviendo para sentar bases para otras enfermedades, no solamente el COVID-19».
¿A qué análisis se somete el plasma?
Cardona señala que se manejan procedimientos estándar para asegurar que el plasma no tenga el nuevo coronavirus o enfermedades de otro tipo, como hepatitis B o C, sífilis, sida, entre otros. Señala que además en el Centro de Donación de Plasma COVID se realizan otras pruebas más específicas. «Son técnicas moleculares complejas, difíciles de montar, La persona debe saber hacerlo para que la muestra sea realmente fiable».
¿Un niño puede recibir plasma?
El médico dice que hasta el momento no les ha tocado tratar a ningún niño con plasma, pero si se llegara a presentar el caso, se tendría que calcular la dosis con un neumólogo pediatra. «Seguramente debe variar (la dosis) y habría que ver qué otras consideraciones especiales habría en un caso pediátrico. Lo mismo en mujeres embarazadas. Pero si fuéramos a transfundirlo a un niño o a una embarazada, habría que tomar precauciones especiales para ajustar». (Fuente: TEC Monterrey/DICYT)