El FMI pronostica que España sufrirá, junto a Italia, el mayor desplome del PIB de los países desarrollados
La pandemia del coronavirus tuvo un efecto sobre la actividad económica global aún más devastador del que se pensaba durante la primera mitad del año en curso y la ruta de recuperación será más lenta y gradual que lo proyectado inicialmente. En el informe de sus previsiones de actualizadas de junio (World Economic Outlook), hechas públicas hoy, el Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta de que el PIB mundial caerá un 1,9% más de lo augurado en abril, hasta un 4,9% en 2020, y que en 2021 el rebote será del 5,4%, es decir, cuatro décimas por debajo a lo previsto hace dos meses.
Las previsiones del FMI son especialmente duras para España, donde se prevé que el PIB se desplome un 12,8% a cierre de año, un 4,8% más de lo calculado, y que sea la economía desarrollada que peor desempeño tenga, junto a Italia, para donde se proyecta la misma cifra de caída de la economía. La recuperación en 2021 será, no obstante, dos puntos mejor de lo esperado con un crecimiento del 6,3% del PIB, un porcentaje idéntico al proyectado para Italia. El resto de países desarrollados también sufrirán grandes retrocesos del PIB, como es el caso de Francia (-12,5%), Reino Unido (-10,2%) Estados Unidos (-8%), Alemania (-7,8%) o Japón (-5,8%).
El desequilibrio llegará también a las cuentas públicas y el déficit de España se disparará hasta el 13,9%, mientras que la deuda escalará hasta el 123,8% del PIB en 2020. Al igual que ocurrió en abril, el FMI matiza que «existe un grado de incertidumbre más alto de lo habitual en torno a este pronóstico» debido a la falta de certeza que aún pesa sobre la evolución de la pandemia.
El informe del FMI destaca que la crisis está siendo peor de lo previsto inicalmente, con caídas del PIB en el primer trimestre superiores a lo esperado salvo en contadas excepciones, como Chile, China, India, Malasia y Tailandia, en el bloque de los emergentes, y Australia, Alemania y Japón, entre las economías avanzadas. Y los indicadores apuntan a que el segundo trimestre sufrirá «una contracción mayor», augura el Fondo, a excepción de China que comenzó a reactivar antes su economía.
Empleo: «efecto catastrófico»
Además, el FMI destaca que a pesar de que los confinamientos han terminado ya en muchos países, la movilidad permanece deprimida, «lo que sugiere que las personas están reduciendo voluntariamente su exposición», lo que impactará también en el dinamismo económico mundial. Esta fuerte disminución de la ctividad tendrá efectos «catastróficos» en el empleo mundial, según el Fondo. Y la puesta en marcha de esquemas como los ERTE no será suficiente para frenarlo. «Algunos países, especialmente en Europa, han contenido las consecuencias con esquemas a corto plazo. No obstante, la Organización Internacional de Trabajo calcula que en el primer trimestre la pérdida fue equivalente a 130 millones de empleos a tiempo completo y el descenso en el segundo trimestre sea equivalente a más de 300 millones de empleos a tiempo completo», asegura.
En cuanto a las medidas de apoyo por parte de los Estados tanto a familias como a empresas, el FMI solicita seguir adelante. En concreto, el FMI pide que en caso de que nuevos confinamientos fueran necesarios, «la política económica deberá continuar amortiguando las pérdidas de ingresos de los hogares, así como brindar apoyo a las empresas que sufren las consecuencias de las restricciones en la actividad». De cara a la desescalada, el FMI pide que el apoyo se vaya retirando gradualmente. «En los casos en que las economías se reabran, el apoyo específico debería irse reduciendo gradualmente a medida que comienza la recuperación y las políticas deberían proporcionar un estímulo para mejorar la demanda». (ABC)