Este satélite natural, recién bautizado Dimorphos y con un diámetro de unos 160 m (aproximadamente el tamaño de la gran pirámide de Egipto), da vueltas alrededor del asteroide cercano a la Tierra Didymos, de unos 780 m de ancho. El año que viene, la misión de la NASA Prueba de Redireccionamiento de Doble Asteroide (DART) saldrá de la Tierra para efectuar un impacto cinético en Dimorphos en octubre de 2022 con el fin de desviar su órbita.

Después, en 2024, la nave Hera de la ESA volará hasta Dimorphos para estudiar de cerca el resultado del impacto, pues será el único objeto del sistema solar cuya órbita se habrá desviado por efecto de la acción humana de manera medible.

Al recabar información sobre la masa, la composición y el cráter que DART habrá dejado en Dimorphos, Hera y los dos CubeSats que transportará consigo captarán imágenes de cerca que permitirán a los investigadores evaluar de la forma más completa posible la efectividad de la técnica de desviación empleada, para así poder volver a utilizarla si un asteroide se acercase a la Tierra.

Pero el retorno científico de Hera será mucho mayor gracias a su CubeSat Juventas, que llevará a cabo el primer estudio por radar del interior de un asteroide para demostrar la tecnología de enlace intersatelital en el espacio profundo y acumular experiencia en operaciones en gravedad ultrabaja.

Tras la aprobación recibida del Consejo Ministerial Space19+ de la ESA, celebrado en noviembre pasado, Hera se someterá a una revisión de diseño preliminar este otoño. (Fuente: ESA)

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