Las señales de alarma del cáncer de próstata, el tumor más frecuente en los hombres

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El cáncer de próstata es el segundo cáncer más diagnosticado en España, detrás del de colon, pero el primero en varones, con una estimación de 35.126 nuevos casos en España en 2020, según el informe de SEOM «Las cifras del cáncer en España» de 2020. La edad es el principal factor de riesgo para este tipo de tumor. De hecho, casi dos de cada tres casos de cáncer de próstata se diagnostican en hombres mayores de 65 años.

A pesar de ser el tumor de mayor prevalencia entre los hombres, ocupa el tercer lugar como responsable del número de fallecimientos por cáncer en varones en España, habiéndose reducido la tasa de mortalidad un 1,6% en 2018 respecto a 2017. La supervivencia neta a cinco años de los pacientes diagnosticados en el periodo 2008-2013 fue de 89,8%, la más elevada entre los tumores frecuentes, informa Seom con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata.

El riesgo de desarrollar un cáncer de próstata empieza a aumentar a partir de los 50 años y, desde los 40 años cuando existen antecedentes familiares de la enfermedad (padre o hermanos).

Se trata de un tumor que en las primeras fases puede ser asintomático. Algunas señales de alarma que pueden aparecer, y que deberían consultarse con el especialista, son:

– Urgencia para orinar, incluso con incontinencia.

– Aumento de la frecuencia de orinar.

– Dolor y escozor durante la micción.

– Retraso en el inicio de la micción y disminución de la fuerza del chorro miccional o intermitencia del mismo.

– En ocasiones la uretra se obstruye por el tumor y aparece retención urinaria.

– Goteo después de orinar.

– Sensación de que la vejiga no se vacía completamente.

– Sangre en la orina.

– Sangre en el semen.

Algunos de estos síntomas pueden aparecer también asociados a otras enfermedades benignas, por lo que es necesario visitar al médico para un diagnóstico preciso. El tacto rectal, la determinación de los niveles en sangre de PSA y la ecografía transrectal son las pruebas que actualmente se utilizan para determinar si se trata de un cáncer.

Tratamiento

En la actualidad, la inmensa mayoría de casos de cáncer de próstata se diagnostica en estadios iniciales, mientras que sólo el 5-10% corresponde a casos avanzados (metastásicos) al diagnóstico. En estadios iniciales, el cáncer de próstata es curable en una gran mayoría de casos mediante técnicas actuales de cirugía, radioterapia / braquiterapia con o sin la adición de hormonoterapia.

En una proporción de casos, sin embargo, la enfermedad desarrolla resistencia al tratamiento hormonal (resistencia a la castración) con el eventual desarrollo de metástasis, situación denominada cáncer de próstata resistente a la castración metastásico. En otras ocasiones, sin embargo, los pacientes presentan metástasis en el momento del diagnóstico, situación denominada cáncer de próstata hormonosensible metastásico, no subsidiario ya de opciones curativas como la cirugía y la radioterapia. En estos casos, los objetivos del tratamiento son prolongar la supervivencia, preservar la calidad de vida y prevenir eventos óseos.

Es en estos casos avanzados (resistencia a la castración y enfermedad hormonosensible metastásica) donde se ha realizado la mayoría de avances en el tratamiento de la enfermedad. Entre los años 2011 y 2014, el desarrollo de nuevos agentes hormonales (abiraterona, enzalutamida), quimioterapia (cabazitaxel) o radiofármacos (Ra-223) ha permitido aumentar la supervivencia desde los 12-18 meses en 2005, cuando sólo estaba disponible la quimioterapia con docetaxel, a los 32-36 meses actuales.

Además, en el último año, se han presentado los resultados de un estudio fase III con olaparib, un inhibidor de PARP, que ha demostrado beneficio en supervivencia en pacientes con cáncer de próstata avanzado y previamente tratado con otras líneas de tratamiento y alteraciones en genes implicados en la reparación del DNA, siendo los más frecuentes BRCA1 y BRCA2. Otros inhibidores de PARP como rucaparib, talazoparib o niraparib, están siendo también estudiados en otros contextos del cáncer de próstata, tanto en monoterapia como en combinación con otros fármacos. Por otro lado, las combinaciones de nuevos fármacos con agentes inmunoterápicos representa otra prometedora estrategia terapéutica en el cáncer de próstata avanzado, actualmente en evaluación dentro de ensayos clínicos.

Por otro lado, en pacientes con carcinoma de próstata resistente a la castración que todavía no han desarrollado metástasis, tanto apalutamida como enzalutamida y darolutamida, todos ellos nuevos agentes hormonales, han demostrado retrasar la aparición de metástasis en aproximadamente dos años, disminuir el riesgo de aparición de síntomas en más de un 50% y, además, en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica recientemente celebrado, han demostrado ser capaces de mejorar la supervivencia de los pacientes.

Además, nuevos estudios han confirmado el valor del tratamiento tanto de quimioterapia como de estos nuevos agentes hormonales, como la abiraterona, enzalutamida o apalutamida, en combinación con la deprivación androgénica (hormonoterapia), en pacientes con enfermedad metastásica al diagnóstico. A través de diferentes ensayos clínicos, estos agentes han demostrado una reducción del riesgo de muerte de hasta un 38%, incluso en pacientes de alto riesgo, y un incremento de la mediana de supervivencia desde los 32 hasta los 50 meses. (ABC)

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