Seguridad en Redes Inalámbricas 802.11

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La seguridad es un elemento imprescindible en cualquier aspecto de la vida. Hoy día, en plena sociedad de la información, se trata de un concepto presente e importante sobre todo en lo que tiene que ver con Internet. Maximizar la protección de los datos en la red es el principal objetivo de un usuario que desea navegar con tranquilidad, disfrutar del contenido que le gusta consumir o utilizar sin problemas su conexión para trabajar.

En este sentido, la seguridad en Internet comienza en el proveedor que ofrece la conexión, que debe mantener su servicio y servidores protegidos para evitar que sus clientes sean víctimas de alguna intrusión. En este sentido, conviene hablar de las ventajas y desventajas de la seguridad en las redes inalámbricas 802.11, es decir, las redes Wi-fi que conocemos hoy día. Se trata de conexiones que cuentan con mecanismos de seguridad como proteger red inalámbrica con claves de acceso, entre otras posibilidades.

El objetivo final es que el usuario pueda disponer de una red a la que se conecte él de forma exclusiva, o todas aquellas personas con las que conviva. Al mismo tiempo, debe estar protegida debidamente para evitar que personas ajeas se aprovechen para conectarse a internet utilizando una red que no es suya, o impedir también que usuarios con malas intenciones detecten vacíos de seguridad para robar datos o cometer otros actos delictivos.

¿En qué se basa la seguridad en las redes Wi-fi actuales?

Cuando un usuario contrata una red inalámbrica a su proveedor de Internet, es un técnico el que se encarga de instalar el router en el hogar o punto señalado por el interesado. Este router, por norma general, viene de fábrica con una contraseña ya predefinida con la que acceder a la red Wi-fi y tener conexión a Internet de mayor o menor velocidad, dependiendo de la potencia contratada.

En principio, puede parecer que esta contraseña que viene “de serie” con el router es lo suficientemente segura para evitar intromisiones de personas ajenas: es una contraseña que solo nosotros conocemos y, por tanto, no parece que otros usuarios puedan hacer uso de la misma. Pero lo cierto es que este razonamiento es un error bastante común. Precisamente, las contraseñas que vienen predefinidas en los routers de fábrica son las más sencillas de averiguar por parte de hackers.

¿Por qué? Porque al tener la configuración de fábrica ofrece también datos sobre el modelo de router que se está utilizando. En base a ello, un pirata informático puede averiguar los mecanismos con los que hacerse con la contraseña o incluso sortearla. En estos casos, la solución para optimizar la seguridad de la red inalámbrica es bastante sencilla y evidente: cambiar la contraseña de fábrica.

Modificar regularmente la contraseña, un consejo útil

La principal recomendación para evitar problemas en este sentido, es cambiar esa contraseña que viene de serie con el router. Con este primer paso estamos poniendo obstáculos a aquellos otros usuarios que desean aprovecharse de nuestra conexión. Es más, si deseamos elevar todavía más los niveles de protección, sería también beneficioso cambiar esta contraseña de forma regular, por ejemplo, cada trimestre o dos veces al año.

Ventajas y desventajas de la seguridad en las redes inalámbricas

No cabe duda de que la conexión Wi-fi supuso en su día toda una revolución sobre el hábito y consumo de internet debido a la comodidad que conlleva poder navegar con el ordenador portátil sobre el sofá sin necesidad de cable. En este sentido, los usuarios deben también tener en cuenta las ventajas que la conexión inalámbrica presenta desde el punto de vista de la seguridad, y también sus inconvenientes. Esta información será importante para maximizar la protección por parte de los propios usuarios.

La principal ventaja se ha comentado con anterioridad en este texto, y es la facilidad para modificar la contraseña y proteger la conexión del uso no autorizado o indebido por parte de personas ajenas. Además, también existen los protocolos de cifrado WEP, WPA o WPA2, cuya función es codificar toda la información que se transmite a través de esta conexión y protegerla así ante cualquier intromisión.

Sin embargo, se debe también tener muy presente que en ciertos aspectos una red Wi-fi puede presentar vulnerabilidades. Al tratarse de una conexión inalámbrica, puede verse afectada por interferencias producidas por otras señales, o incluso factores externos como la climatología. Esta inestabilidad puede afectar a la velocidad o disponibilidad de conexión en momentos puntuales.

La seguridad en redes inalámbricas, un concepto en evolución

De la misma forma que la red Wi-fi que conocemos hoy no funciona de la misma manera que las primeras conexiones a Internet de forma inalámbrica, la seguridad en redes es un campo en constante evolución. Las prácticas maliciosas y nuevas formas de atacar una red cambian con el día a día, por lo que es también necesario desarrollar nuevas formas de proteger a los usuarios que de forma legítima quieren disfrutar de Internet con su propia conexión.

Los proveedores, y también los internautas, tienen hoy por delante un importante reto: hacer que la seguridad en las redes inalámbricas continúe manteniéndose a la vanguardia, siempre un paso por delante de aquellas técnicas que sirven para hacer un uso no autorizado de una red Wi-fi propiedad de otro usuario.

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