El problema de la tierra para las energías renovables en Europa

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La transición de nuestro suministro de energía desde el carbón, el petróleo y el gas a la energía eólica y solar es factible. Sin embargo, las energías renovables requieren más tierra que las formas convencionales de generación de energía. Un nuevo estudio explora las opciones para reducir las necesidades de tierra de un suministro de energía totalmente renovable en Europa y su posible impacto en el coste de la electricidad.

La opción más asequible para un suministro de electricidad totalmente renovable en Europa se basa en parques solares y parques eólicos terrestres. Sin embargo, esta solución requiere unos 97.000 km2 de tierra, o aproximadamente el 2% de la superficie total de la Unión Europea, una superficie equivalente al tamaño de Portugal.

Las granjas eólicas y solares cambian los paisajes y su desarrollo es frecuentemente objeto de controversia. Esto es especialmente cierto en el caso de los parques eólicos terrestres, que actualmente son la tecnología más importante detrás de la transición energética europea, ya que ocupan grandes áreas y son visibles desde una gran distancia. Dar prioridad a la adopción de otras infraestructuras de generación de electricidad en el futuro podría reducir las necesidades de espacio de un sistema eléctrico totalmente renovable. Según el estudio, para alcanzar este objetivo podrían estudiarse tres opciones, individualmente o en combinación: la energía eólica marina, los grandes parques solares y los sistemas solares en los tejados. Cada una de estas tecnologías podría limitar el uso de la tierra a unos 48.000 kilómetros cuadrados – un 1% de la superficie de Europa – o incluso menos.

Según el estudio, la energía eólica marina es particularmente rentable y podría reducir las necesidades en tierra firme en un 50 por ciento a un costo adicional del cinco por ciento en comparación con la opción más barata. La sustitución de los parques eólicos terrestres por grandes parques solares o sistemas solares en los tejados supondría un coste adicional de hasta el 20 por ciento. «Tenemos que decidir, como sociedad, cuánto valoramos la tierra abierta», explica el autor del estudio, Tim Tröndle. La expansión bien planificada de la energía eólica y solar en alta mar ofrece oportunidades para reducir eficazmente las necesidades de tierra firme a un bajo costo adicional. (Fuente: NCYT Amazings)

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