José María Callejón se despide del Nápoles
En 2013, Benítez presentó a José María Callejón diciendo que, en aquel curso, «podía marcar 20 goles«. Muchos no le creyeron y comentaban que «si fuera tan bueno», el Madrid no lo hubiese regalado así, traspasándolo por 10 millones. Pero Calleti cumplió el vaticinio: firmó justo 20 dianas y empezó un periplo increíble, que le ha convertido en toda una leyenda del Nápoles.
En siete cursos sumó dos Copas de Italia, una Supercopa, 349 partidos, 82 goles, 78 asistencias y miles de kilómetros en la banda derecha. En su diccionario no existieron las palabras «pausa» ni «lesión»: no ha parado nunca. Fue el jugador de movimiento con más partidos de la pasada década en Europa (351), y el español con más goles en la historia del Calcio (64), superando a Luis Suárez. Hizo todo esto sin una polémica, una palabra fuera de lugar, un mal gesto… Un soldado fiel e inquebrantable, como su corte de pelo y su camiseta de manga larga, inmaculada también con 40 grados.
Con Mertens e Insigne formó un tridente imparable que llevó a los sureños a rozar un scudetto, el del 2018, como nunca les había pasado sin Maradona. Tras Benítez, se enamoraron del motrileño Sarri (no quería que fuera ni a la Selección), Ancelotti (que le apodó «profesor» por su inteligencia táctica) y Gattuso, que apostó por él hasta el final. La del Camp Nou fue su última noche de azzurro tras dos meses dejándose la piel sin cobrar ni un euro: su contrato caducaba el 30 de junio y no quiso nada más. Ahora está de vacaciones en España, reflexionando sobre su futuro: con 33 años, toca elegir bien. Tiene dos ofertas de Qatar, pero las ganas de regresar a casa (las mismas que alejaron su renovación con los italianos) son demasiado fuertes. Le buscan los dos equipos de Sevilla y, en febrero, prefirió esperar ante una buenísima oferta del Villarreal.
Pronto Callejón volverá a Nápoles para las últimas despedidas y dejar el que fue su hogar, donde nacieron sus dos hijas. La COVID le negó la ovación que el San Paolo querrá darle para siempre: será un adiós silencioso, coherente con su timidez. «Enamórate de alguien que te busque como Insigne busca a Callejón«, escribieron en una calle de la ciudad. Lorenzo dijo que le echará de menos a él, pero también a su desmarque en profundidad, y tiene razón. Cada vez que en el San Paolo haya un pase largo hacia la derecha, será imposible no imaginar que vuelva a aparecer de la nada aquel azzurro con el dorsal siete y manga larga…(as,com)