Trump puede acabar en la cárcel si pierde las elecciones en noviembre

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Pintan bastos para Donald Trump, sea cual sea el resultado de las urnas el 3 de noviembre.

Si gana, sobre él se proyecta la sombra de ser embargado por sus deudas. Si pierde, se arriesga incluso a un proceso penal.

Estos escenarios se dibujan a partir del bombazo que lanzó el domingo The New York Times .

El presidente pagó 750 dólares en impuestos federales en 2016, cuando ganó las elecciones, la misma cantidad que abonó en 2017.

Tras revisar sus declaraciones a Hacienda (IRS) desde el 2000 al 2018, el Times certifica que no aportó nada en impuestos federales en diez de los últimos 15 años.

La información se ha convertido en el asunto de la campaña en las horas previas al primer debate entre el presidente y el demócrata Joe Bien. Está por ver si le pasará cuentas más allá de sus bases.

Trump siempre ha luchado por esconder su realidad fiscal. “Ahora sabemos la razón”, subrayó Susan Hennessey, editora ejecutiva del blog Lawfare. El supuesto multimillonario hecho a si mismo abonó menos a las arcas públicas que un trabajador de “cuello azul”, los que asegura defender, con un salario de 18.000 dólares: 750 dólares.

Tan escasa contribución de 750 dólares en 2017 contrasta con el hecho de haber contribuido con sumas más abultadas en países extranjeros: 15.598 dólares en Panamá; 145.400 en India o 156.824 en Filipinas. Además, en sus dos primeros años en la Casa Blanca recibió más dinero del exterior de lo que se creía. Al menos 73 millones de dólares. Nancy Pelosi, líder demócrata en el Congreso, denunció no sóoo la falta de moralidad o de patriotismo. “Es una cuestión de seguridad nacional. ¿A quién debe dinero?, ¿Esos cobros le comprometen?”, planteó.

Impulsado por la campaña de Biden, un lema corrió por las redes: “Pago más impuestos que Donald Trump”. Según Lily Batchelder, profesora en la Universidad de Nueva York, “los retornos fiscales de Trump sugieren que solo ha tenido éxito como showman , no como empresario”. Perdió más que ganó.

El artículo describe las tácticas que utilizó para hinchar gastos y reducir obligaciones impositivas. Hay 26 millones de dólares en pago por tarifas de consultas. Su hija Ivanka, empleada de la organización, cobró 747.622 dólares. También incluyó los gastos en combustible para su avión o 70.000 dólares en peluquería en la época del programa The Apprentice .

Trump adoptó medidas cuestionables para lograr devoluciones. El IRS está realizando una auditoría sobre un retorno de 72,9 millones de dólares.

Todas estas estrategias – fake news replicó Trump en su linea habitual– le delatan. En 2012, ejercicio en el que no pagó impuestos, lanzó un tuit en el que denunció a su predecesor. “Barack Obama, que nos quiere subir los impuestos, solo paga el 20,5% en un salario de 750.000 dólares. Haz lo que digo que no lo hago”, escribió entonces.

Su táctica para esquivar impuestos –“soy inteligente”, dijo en 2016– tal vez va más allá de saber aprovechar los resquicios legales. “Trump sabía algo que nosotros desconocíamos cuando empezó a resistirse a una transición pacífica del gobierno. Si pierde las elecciones, se enfrenta a acusaciones federales y estatales por fraude bancario y fiscal”, sostuvo Michael Bromwich, ex inspector general del Departamento de Justicia.

En lugar de ser un triunfador, los datos fiscales desvelan a un empresario con un pésimo olfato para las inversiones. Trump es personalmente responsable de una deuda de 421 millones. Los préstamos vencen pronto. “Si gana la reelección sus prestamistas podrían colocarse en la posición sin precedentes de sopesar ejecutar la hipoteca de un presidente en ejercicio”, remarcó el Times. (La Vanguardia)

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