Cerruto, Sanjinés y Márquez, los nacionales históricos que estuvieron en la Mostra
Con el anuncio de que “El Gran Movimiento” hará parte del 78 Festival de Venecia, el director Kiro Russo se convirtió en el cuarto boliviano en ser parte de la Mostra, el encuentro cinematográfico más antiguo del mundo, uno de los tres principales del mundo, junto a Cannes y Berlín, con una exclusiva programación que exige que las cintas se estrenen en tierra italiana.
Waldo Cerruto, el primero director del extinto Instituto Cinematográfico Boliviano (ICB), una de las instituciones resultantes del incentivo a la cultura de la Revolución Nacional de 1952, fue el primero en llegar a Venecia los años 1953 y 1954, con los cortometrajes “La leyenda de la kantuta”, “Aggio ciudad blanca” y “Pequeños y grandes volantes”.
Tuvieron que pasar 15 años para repetir presencia boliviana, con “Yawar Mallku” (1969) de Jorge Sanjinés que se llevó el desaparecido premio “Timón Dorado”. El director de “La Nación Clandestina” volvería a Venecia con “La noche de San Juan” (1971) y “Las banderas del amanecer” (1984), todas exhibidas en la sección de Proyecciones especiales.
Finalmente, hasta ayer, la última boliviana en la Mostra era Mela Márquez, cuyo primer largometraje, el documental “Sayariy” llegó a Venecia en 1995. “Fue una alegría inmensa, de manera profesional y sentimental, era una producción a la que le tengo mucho cariño”, recuerda Márquez, quien se llevó el premio Kodak de Ópera Prima en aquella edición 52.
“Sayariy” es un viaje en las comunidades de Fichichua y Umaglia del norte de Potosí y su festividad en la cual dos comunidades vecinas eligen a su representante para que protagonice una lucha a muerte. (Opinión.bo)