El ictus, un problema de salud pública de primer orden

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El término ictus, golpe o choque en latín, se utiliza para describir las consecuencias de la interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro. El accidente cerebrovascular puede ser causado por un coágulo que obstruye el flujo de sangre al cerebro (llamado accidente cerebrovascular isquémico, 85% de los casos) o por una rotura de un vaso sanguíneo que impide el flujo de sangre al cerebro (en este caso se denomina accidente cerebrovascular hemorrágico, 15% de los casos). El ictus puede ocurrir en cualquier momento de la vida de una persona, desde la infancia hasta la edad adulta. De hecho, cada seis minutos se produce un ictus en España, lo que provoca la muerte de un paciente cada 14 minutos.

El accidente cerebrovascular es la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los hombres, como señalan los datos publicados por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN). Además, la Sociedad Española de Neurología (SEN) señala que cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. En Europa mueren 650.000 personas anualmente por este problema de salud. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que esta cifra se incrementará un 27% en los próximos 25 años, debido principalmente a que la probación mayor de 65 años representará el 46% del total.

La importancia de la atención especializada y el reconocimiento precoz del ictus

A pesar de estas estadísticas, el 90% de los accidentes cerebrovasculares se pueden evitar con una adecuada prevención. De esta forma, la formación de los médicos en Reconocimiento y Atención de Enfermería al Paciente Neurológico es fundamental para tratar los ictus. Esta formación brinda a las enfermeras/os los mecanismos y recursos apropiados para detectar y atender de manera inmediata, especializada y segura un accidente cerebrovascular en el paciente. Aunque la atención urgente y especializada debería ser la tónica habitual, diversas fuentes muestran que el 97% los pacientes que ha padecido un ictus no han recibido un tratamiento adecuado. El reconocimiento y tratamiento precoz puede salvar la vida a más de 6.000 enfermos de los 40.000 que cada año fallecen en nuestro país por culpa de esta enfermedad cerebrovascular.

La formación en Reconocimiento y Atención de Enfermería al Paciente Neurológico ayuda a mejorar el conocimiento de las enfermeras/os en patología vascular cerebral y actualizar los conocimientos sobre el protocolo Código Ictus, procedimiento de actuación sanitaria prehospitalaria basado en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus de probable naturaleza isquémica. Además, también enseña a los profesionales la utilización de la escala RACE, herramienta que permite realizar una valoración de la gravedad del ictus y detectar aquellos pacientes con oclusión de gran vaso cerebral. Todo ello para obtener los conocimientos y habilidades para el reconocimiento y atención rápida y segura de un accidente cerebrovascular, urgencia neurológica que precisa una intervención diagnóstica y terapéutica inmediata, principalmente para prevenir o minimizar el infarto cerebral. (NCYT)

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