Messi sufre su primera derrota en Francia tras caer con el PSG ante el Rennes
Invencible no hay nadie. Ni siquiera el PSG, que tras una maravillosa semana se estrelló en Rennes (2-0). En la Bretaña francesa sufrió su primer descalabro, una derrota sin consecuencias pero que tiene que servir a modo de alerta. Esta vez la mueca fue de Neymar, molesto al ser sustituido en el intento de remontar un choque que reivindica el buen trabajo de un equipo que negó al de Pochettino superar el récord de Tuchel, que arrancó con catorce triunfos seguidos.
Sulemana fue un engorro permanente para el PSG, incapaz de atarle en corto. Más que limitarle, sus 19 años fueron el mejor pretexto para ser irreverente, descarado frente al mejor equipo de Francia. Eléctrico desde la zona izquierda, no hubo quien le interrumpiera en un primer tiempo en el que el Rennes ni se arrugó ni se amedrentó por tener enfrente al póker de Pochettino: comenzaron Di María, Messi, Neymar y Mbappé. Todos los ases de la baraja.
Ni siquiera con sus mejores futbolistas carburó el PSG, superado a ratos por el ánimo revolucionario del Rennes. Atento en las ayudas, apenas dejó espacios para que corrieran los velocistas parisinos. Neymar y Mbappé remataron al limbo dos jugadas en las que se quedaron a solas frente al guardameta. Tanto indulto fue una buena manera de que el cuadro de Genesio creciera y se animara, convencido de que el PSG tampoco es intocable.
Cuando el cansancio le pasó factura llegó el mejor momento de un PSG sin suerte. Messi, discreto hasta entonces, lanzó al larguero un libre directo desde la frontal. El Rennes no se dejó intimidar. Siempre dispuesto a presionar a su rival, colocó a cinco o hasta seis jugadores en la salida de pelota del PSG para que no pudiera conectar con quienes acostumbran a marcar la diferencia. El ex del Barça intentó animar el choque, pero el equipo se quedó a medio camino.
El Rennes encontró recompensa a su esfuerzo titánico en la última jugada del primer tiempo. Otra vez protagonista, Sulemana dibujó un centro cerrado al segundo palo para que Laborde se anticipara a Mendes. El PSG sufrió un apagón: nada más salir de vestuarios encajó el 2-0, medio minuto después de empezar el segundo tiempo. Tait cerró con un remate cruzado una buena triangulación entre Terrier y Laborde. Donnarumma quedó vendido.
A contracorriente, el equipo de la capital se apresuró para intentar negarle al Rennes el placer de firmar su primera derrota de la temporada. A Mbappé le anularon el primer intento de remontada por caer fuera de juego. Su gol no sirvió de nada. El VAR salvó a Achraf de un apuro y evitó que se señalara un penalti que hubiera dejado aún en peor lugar a un PSG que también es humano. Tener a los mejores no siempre es una garantía. La primera derrota de Messi llegó en Rennes. (Mundo Deportivo)
