¿Cómo lograr un rover robótico que circule por terrenos donde la temperatura es lo bastante alta como para fundir el plomo y cuya presión atmosférica aplastaría a la mayoría de submarinos?

La respuesta puede estar en el vehículo de la imagen.

Aunque por ahora es solo un diseño teórico, este singular rover, llamado AREE, podría explorar la superficie de Venus durante muchísimo más tiempo que los vehículos de aterrizaje que han logrado funcionar en ella.

La clave de la robustez de su diseño es que no emplea electrónica, vulnerable ante tan altas temperaturas si no está aislada dentro de un contenedor refrigerado, sino que recurre a una filosofía de diseño derivada de las primitivas calculadoras mecánicas, hechas con una tecnología muy similar a la de los relojes de cuerda, mejor capacitada para resistir altas temperaturas sin dejar de funcionar.

El AREE fue propuesto por vez primera en 2015 por Jonathan Sauder, un ingeniero mecatrónico del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, Estados Unidos. (Fuente: NCYT de Amazings)

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