Cirugía en el Antiguo Egipto para intentar tratar cáncer

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Se sabe, por textos antiguos, que, para su época, el Antiguo Egipto estaba muy avanzado en medicina. Por ejemplo, sus médicos podían identificar, describir y tratar bastantes enfermedades y lesiones, fabricar prótesis y poner empastes dentales. Otras dolencias, como el cáncer, estaban totalmente fuera de su alcance, pero, a juzgar por lo descubierto en un nuevo estudio, puede que aquellos médicos de la Antigüedad se atrevieran a lidiar con algunas de ellas, por lo menos con el cáncer.

El estudio es obra de Tatiana Tondini, de la Universidad de Tubinga en Alemania y de la de Cambridge en el Reino Unido, Albert Isidro, de la Universidad de Barcelona y del Hospital Universitario Sagrat Cor en Barcelona, y Edgard Camarós, de la Universidad de Santiago de Compostela, en España.

Los autores del estudio querían conocer más detalles sobre la incidencia del cáncer hace miles de años y cómo las sociedades antiguas interactuaban con esta patología. A tal fin, examinaron dos cráneos conservados en la Universidad de Cambridge. El cráneo y la mandíbula 236, datados entre los años 2687 a.C. y 2345 a.C., pertenecieron a un hombre de entre 30 y 35 años. El cráneo E270, datado entre los años 663 a.C. y 343 a.C., perteneció a una mujer de más de 50 años.

En el cráneo 236, la observación reveló una lesión de gran tamaño que coincide con lo que cabe esperar de una destrucción excesiva del tejido, una afección conocida como neoplasia. Además, había una treintena de lesiones metastásicas pequeñas y redondas diseminadas por el cráneo.

Lo que sorprendió a los investigadores fue el descubrimiento de marcas de corte alrededor de estas lesiones, que se hicieron con un objeto afilado, probablemente con un instrumento metálico. “Cuando observamos por primera vez las marcas de corte al microscopio, no podíamos creer lo que teníamos delante”, confiesa Tondini.

“Parece que se realizó algún tipo de intervención quirúrgica relacionada con la presencia de células cancerosas, lo que demuestra que la medicina del Antiguo Egipto también llevaba a cabo tratamientos experimentales o exploraciones médicas en relación con el cáncer», explica el profesor Isidro, un oncólogo quirúrgico que también es un erudito de la egiptología.

El cráneo E270 también muestra una gran lesión que concuerda con lo que cabe esperar de un tumor canceroso destructor de hueso.

En el cráneo E270 también hay dos lesiones cicatrizadas. Una de ellas parece haberse originado en un suceso violento a corta distancia con un arma afilada. Estas lesiones cicatrizadas podrían significar que la mujer recibió algún tipo de tratamiento y, como resultado, sobrevivió.

Sin embargo, ver una herida de este tipo en una mujer es poco común, ya que la mayoría de las grandes lesiones relacionadas con la violencia se encuentran en hombres. “¿Estuvo implicada en algún tipo de actividad bélica?”, se pregunta Tondini. “Si fue así, deberemos replantearnos el papel de la mujer en el Antiguo Egipto y aceptar que podía participar activamente en los conflictos bélicos de aquellos tiempos”.

El estudio se titula “Boundaries of oncological and traumatological medical care in ancient Egypt: New palaeopathological insights from two human skulls”. Y se ha publicado en la revista académica Frontiers in Medicine. (Fuente: NCYT de Amazings)

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