BRASIL: Jair Bolsonaro opta por maquillar los datos del coronavirus mientras la pandemia avanza sin freno
Después de negar la gravedad del virus («es una gripecita») y de culpar a gobernadores y alcaldes de destruir la economía con las medidas de aislamiento social, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha encontrado una nueva forma de combatir la pandemia de la covid-19: maquillar los datos.
La curva de Brasil sigue en ritmo ascendente, y el país ya cuenta con casi 40.000 muertos y 700.000 casos confirmados, el segundo en el mundo, tan sólo por detrás de EEUU. La semana pasada, cuando el país empezó a sumar más de 1.300 muertos cada día (uno por minuto) el boletín oficial del ministerio de Salud dejó de difundirse por la tarde y empezó a llegar entrada la noche. El motivo del retraso lo confesó abiertamente Bolsonaro poco después; evitar que los datos abrieran los informativos nocturnos de la televisión. «Se acabaron los reportajes del ‘Jornal Nacional'», ironizó, en referencia al telediario de la cadena Globo, que en otra ocasión calificó como «telefuneraria» por su ‘insistencia’ en informar sobre la pandemia.
Al retraso, se sumó la negativa a mostrar los datos consolidados. A partir de ahora, el Gobierno sólo divulga los enfermos recuperados y los nuevos casos y muertes registrados cada día, no el total acumulado. El secretario de Ciencia del Ministerio de Salud, Carlos Wizard, dijo que había que «recontar» los números «fantasiosos» porque, en su opinión, los Gobiernos de los estados los inflan para recibir más recursos para el combate a la pandemia. Pocas horas después, pidió disculpas y presentó su dimisión. Las sospechas sobre una posible manipulación cobraron más fuerza el domingo. Primero el Gobierno informó de 1.382 muertos en un día, y poco después dijo que eran 525.
La falta de transparencia se ha ido agravando con el paso del tiempo. Al principio, durante la gestión de ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, había ruedas de prensa diarias que duraban horas. Tras la destitución del ministro a mediados de abril se acabaron esas comparecencias, y con la dimisión de su sucesor, los boletines empezaron a flaquear. Ahora el Ministerio está a cargo del general del Ejército Eduardo Pazuello, que se ha rodeado de un equipo militar sin experiencia sanitaria. La mayoría de cargos técnicos del ministerio dimitieron o fueron destituidos.
Los gobiernos de los 27 estados brasileños afirmaron que crearán una plataforma divulgando sus datos porque empezaron a desconfiar del ‘recuento’ del Gobierno, y el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, afirmó que una comisión parlamentaria empezará a vigilar las estadísticas oficiales. «Bromear con la muerte es perverso. Es urgente rescatar la credibilidad de las estadísticas. Un ministerio que tortura números crea un mundo paralelo para no enfrentarse a la realidad de los hechos», criticó. Además, los responsables de los principales medios de comunicación del país, lanzaron una iniciativa inédita para trabajar juntos y coordinarse para contrastar los datos diarios de cada estado, para divulgar un boletín propio cada día a las 20.00 horas.
Brasil es el país que tiene más casos por millón de habitantes en toda Latinoamérica y el único del mundo donde la tasa de contagio acelera incluso pasado el 50º día desde el inicio de la pandemia, según un grupo de especialistas coordinado por la Universidad de São Paulo (USP). Aún así, muchos estados, como São Paulo y Río de Janeiro, los más afectados, decidieron empezar a flexibilizar las normas de aislamiento social ya la semana pasada. Las autoridades alegan que en un país de dimensión continental el virus incide de forma muy diferente en cada región y que en algunas ya podrían hacer frente a un eventual rebrote, porque los hospitales tienen más camas disponibles que hace unas semanas. (EL MUNDO.es)