Italia baraja introducir el toque de queda a partir de las 22.00 horas
El coronavirus acelera su difusión en Italia y el gobierno Conte, mirando a lo que ha hecho Francia, se plantea el toque de queda, cerrando todas las actividades a partir de las 22:00, según indican hoy diversos medios italianos. Se pretende con ello frenar la creciente segunda ola del Covid y evitar el confinamiento general de toda Italia. El daño económico será muy duro para restaurantes, bares y locales nocturnos, pero se estudiarán subvenciones económicas específicas. El instituto Superior de Sanidad (ISS) ha dado la voz de alarma en las últimas horas: «Estamos asistiendo a una aceleración en la evolución de la epidemia, que ahora ha entrado en una fase aguda con un aumento progresivo del número de casos». Los datos son contundentes: El jueves hubo 8.804 nuevos casos positivos, superando así, por segundo día consecutivo, el pico máximo de contagiados durante la primera ola de la pandemia, el 21 de marzo, fecha en la que hubo 6.557 positivos.
En toda Italia, desde el norte a Sicilia, se están incrementando las zonas rojas para contener la difusión del virus. Diez regiones italianas, de un total de veinte, corren el riesgo de tener que decretar el confinamiento si la curva epidémica sigue creciendo. La región de Campania decidió cerrar ayer escuelas y universidades, limitando las fiestas solo a los familiares, hasta el 30 de octubre, por el momento. Otras regiones se disponen a hacer lo mismo, para disgusto de la ministra de Educación, Lucia Azzolina, que ha calificado como «un hecho muy grave» el cierre escolar en Campania.
Llamamiento a la responsabilidad
Por ahora, el gobierno no quiere oír hablar de confinamiento general. El primer ministro, Giuseppe Conte, ha hecho en las últimas horas un nuevo llamamiento a los italianos con este tuit: «Para contener la segunda ola de la epidemia de Covid-19, se necesita la contribución de todos. Respetemos las nuevas disposiciones, sigamos las recomendaciones, hagamos el bien a nuestro país». La idea de Conte es que cerrar ahora todo el país sería un golpe demasiado duro, en un momento en que la economía empieza a recuperarse. El gobierno trata de evitar por todos los medios de llegar a un confinamiento general. De ahí que Giuseppe Conte valore otras medidas restrictivas, incluyendo la posibilidad del toque de queda.
En definitiva, el miedo aumenta con la misma rapidez que lo hace la difusión del virus. La segunda ola llegó a Italia de forma inesperada, antes de lo previsto. En el verano, cuando muchos la temían para el otoño y pedían cautela, otros hablaban de «virus clínicamente muerto». El grave riesgo es que algunas regiones puedan «alcanzar valores críticos en el próximo mes», según destaca el Instituto Superior de Sanidad: «Se evidencia en una nueva fase epidemiológica –asegura el ISS- con un agravamiento del trabajo de los servicios territoriales, que podría reflejarse en poco tiempo en una sobrecarga de los servicios asistenciales». (ABC)