El trabajo en la era Covid-19

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a pandemia provocada por la Covid-19 ha sido la confirmación de que el músculo empresarial debía someterse a un proceso de transformación digital profundo e importante para adaptarse a los nuevos escenarios que se presentan en el siglo XXI. Tanto es así que, en estos momentos de confinamiento e incertidumbre social, las organizaciones tienen una dependencia total y absoluta de la tecnología para poder sobrevivir.

La cultura de presencia de España no nos ha ayudado a aprovechar la tecnología para digitalizar nuestros negocios hasta situaciones extremas como la del coronavirus. La información proveniente de European Private Business Survey afirma que la gran mayoría de medianas empresas, concretamente un 78%, afirman que la digitalización es «muy relevante» para su supervivencia. Una concienciación que supera en 13 puntos a la media europea. Sin embargo, pese a estos datos, el presupuesto destinado para esta transformación no supera el 5% de las inversiones.

Digitalización imperiosa

El escenario que atravesamos en la actualidad no estaba previsto y ha obligado a actuar con premura, dejando atrás a las compañías que no estaban preparadas para el cambio. La transformación ya no es optativa, es imprescindible. Por ejemplo, menos de la mitad de los empleados europeos declaran haber utilizado alguna herramienta de gestión de recursos humanos en su empresa, tal y como afirman los datos de la encuesta YouGov, realizada por PayFit, sobre una muestra de 2.500 personas en Alemania, España y Francia. Sin embargo, el 91% de los encuestados en nuestro país reconoce la importancia de estas aplicaciones para un funcionamiento eficiente de la compañía ya que suponen una optimización del tiempo.

Gracias a los softwares de recursos humanos se pueden gestionar las nóminas de manera online. La tecnología nos brinda la oportunidad de hacer partícipes a los empleados para que ellos mismos puedan actualizar el control horario, el teletrabajo, las vacaciones, las ausencias o los gastos. En consecuencia, el equipo de RRHH puede dedicarse plenamente a lo que realmente importa: las personas.

El futuro será digital o no será. Es el momento de enfocar todos nuestros esfuerzos en esta dirección. La mejora en la eficiencia de la comunicación interna y externa; el teletrabajo; y la digitalización de herramientas y plantillas, van a marcar el futuro a corto plazo de miles de organizaciones. Hay que ver esta crisis como una oportunidad, un reto (de obligado cumplimiento) para automatizar, simplificar y conectar los procesos internos de las compañías. La virtualización es el camino para crear valor, para centrarse en el talento y para tener menos procesos repetitivos e inútiles que suponen una pérdida de esfuerzo y recursos para las organizaciones.

Lo que se está demostrando con esta crisis es el grado de adaptación que tienen la sociedad, la economía y las empresas ante situaciones de riesgo y de cambio de paradigma. Durante años la digitalización se ha visto como un aspecto necesario e imprescindible para el futuro. La realidad es que, la llegada del coronavirus, ha demostrado que ese futuro se ha convertido en presente y la transformación digital ha dejado de ser una asignatura optativa.

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