Paneles solares refrigerados sin consumir electricidad
Los paneles fotovoltaicos comerciales de silicio solo son capaces de transformar una pequeña porción de la luz solar absorbida en electricidad, mientras que el resto de la radiación se convierte en calor. Debido a que los paneles solares son menos eficientes por cada grado de aumento de la temperatura, el problema de la disipación de calor se agudiza en los ambientes cálidos.
Desafortunadamente, los esfuerzos para enfriar los paneles solares con técnicas convencionales, incluyendo aire acondicionado y otras formas de refrigeración, tienden a consumir más energía de la que se puede recuperar a través de aumentos de eficiencia de los paneles.
Ahora, un nuevo sistema de enfriamiento ha mejorado la eficiencia de un prototipo de panel solar hasta en un 20 por ciento y no requiere ninguna fuente de energía externa para funcionar.
Este logro es obra del equipo integrado, entre otros, por Peng Wang y Renyuan Li, ambos de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología en Arabia Saudita.
Anteriormente, este equipo desarrolló un polímero que contiene cloruro de calcio, un poderoso desecante. Cuando se expone al aire húmedo, este material se expande gradualmente a medida que las sales de calcio arrastran agua al gel, duplicando finalmente su peso inicial. Al incorporar nanotubos de carbono que absorben el calor en la estructura del polímero, el equipo descubrió que podían invertir este ciclo y desencadenar la liberación de agua con la energía solar.
Una de las propiedades del gel es su capacidad de autoadherirse a numerosas superficies, incluyendo la parte inferior de los paneles solares. Después de que experimentos controlados con luz solar artificial revelaron que un gel completamente lleno podía liberar suficiente agua para reducir las temperaturas de los paneles en 10 grados centígrados, el equipo decidió construir un prototipo para pruebas al aire libre en la universidad.
Durante las estaciones de verano e invierno, los investigadores observaron cómo el gel absorbía agua del aire húmedo de la noche y luego liberaba el líquido a medida que aumentaban las temperaturas diurnas, consiguiendo que los paneles solares aumentasen su eficiencia. (Fuente: NCYT Amazings)