Ventanas de aluminio, tecnología para el ahorro energético

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Las ventanas son hoy más que nunca un punto de conexión con el exterior, pero también son una protección y una barrera para mantenernos con seguridad, tranquilidad y calor en el interior. La elección de uno u otro tipo de ventana no es banal. Más allá de su forma o de su tamaño, el material del que esté compuesta esta estructura será decisivo en muchos aspectos, entre ellos algunos tan importantes como el económico y el ecológico. Para conseguir ahorrar energía, es frecuente emplear materiales como el aluminio, conocido por sus propiedades aislantes. Es por eso que en los últimos tiempos se ha estado invirtiendo e investigando en este tipo de productos. Un buen ejemplo de tecnología e innovación en el sector de los cerramientos de aluminio, es la carpintería de aluminio de Barcelona Macrisal.com.

El aislamiento térmico de las ventanas es fundamental. Para ello deben aislar de manera correcta no solo los perfiles del marco, sino también el vidrio. Según apuntan diferentes estudios, cerca del 30% de la energía de una vivienda se pierde por las ventanas. Es increíble cuanto se puede ahorrar utilizando este tipo de materiales. La situación de la vivienda, su construcción, su orientación pero sobre todo las ventanas afectan a la pérdida de energía. Esto supone un gasto innecesario de dinero y un atentado ecológico, ya que estamos produciendo energía que directamente se está perdiendo. Además, esto suele tener consecuencias en la salud de las personas que habitan la casa si esta tiene estancias frías. Por otra parte, un buen aislamiento también consigue que no se pierda el aire acondicionado cuando se usa en épocas calurosas. 

Se ha desarrollado un sistema de etiquetas que clasifican a las ventanas – y a las viviendas en su conjunto- según su eficacia a la hora de aislar: las que están marcadas con la letra A son más eficientes, mientras que en el lado opuesto se encuentran las marcadas con una G. Muchas de las que aíslan adecuadamente están hechas de aluminio. Este material es propicio para este tipo de estructuras porque es a la vez ligero y resistente. Permite soportar el peso de las cristaleras que incluyen las ventanas pero sin deformarse o romperse con el viento o las tormentas. 

Una de las innovaciones recientes que se ha hecho en los cerramientos de aluminio es lo que se conoce como la rotura de puente térmico. Se trata de un sistema que impide que se pierda energía, sin que la temperatura interior se transmita al exterior, y viceversa. Este avance tecnológico permite además reducir la condensación o el rocío que se forma en muchos cristales. Además, este cerramiento disminuye las emisiones de CO2, al limitar la pérdida de energía. Hoy en día cada vez se utilizan más aparatos o máquinas que aumentan de forma exponencial las emisiones de CO2, por lo que intentar limitar la contaminación individual o familiar es un deber y una inversión en tiempo, salud y dinero; y es por eso que muchos estudios científicos se centran en buscar mejoras en ese sentido. Se trata de que las casas o los pisos, que son cada vez más «Inteligentes», sean también cada vez más sostenibles. 

El desarrollo tecnológico y los avances que se hacen en materiales como el aluminio y sus aplicaciones también tienen en cuenta las normativas, que como la ciencia, avanzan cada vez más en ese sentido, el de ahorrar energía. Los nuevos cerramientos de aluminio que se realicen deben cumplir el Código Técnico de Edificación, que obliga a que se hagan con rotura de puente térmico en buena parte del territorio español. 

Si bien la ecología y la economía son dos guías imprescindibles en cualquier avance tecnológico, la estética tiene también un papel importante. Al fin y al cabo los cerramientos de aluminio van a ser vistos por todas partes, ya que son utilizados en viviendas, centros sociales, escuelas, centros médicos, bibliotecas… Los cerramientos de aluminio actuales, con un aire sobrio y un toque futurista, admiten casi cualquier tipo de diseño, ya que son fáciles de integrar con la decoración interior así como con la fachada.

En resumen, los cerramientos de aluminio se han abierto un hueco en muchas de las viviendas actuales, y se adaptan continuamente a los cambios y necesidades de las personas y de las construcciones. Es por eso que las mejoras se centran en seguir perfeccionando su mayor cualidad: el aislamiento. Una característica fundamental en el ahorro de energía, que supone beneficios para las personas, que ven mejorada su calidad de vida y reducidos sus gastos; y para el medio ambiente, ya que no se produce un gasto innecesario de energía ni se emite más CO2 de la cuenta.

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