Los Lakers y LeBron recuperan la corona
Los Angeles Lakers vuelven a ser campeones de la NBA una década después, un anillo especial en la temporada más compleja de la historia de la liga que certificaron con una apabullante victoria por 106-93 sobre unos Miami Heat agotados y sobrepasados.
El decimoséptimo título de los angelinos, que empata el récord absoluto de los Boston Celtics, coronó también por cuarta vez a un LeBron James pletórico en la eliminatoria, MVP unánime de estas Finales NBA, y que consolida así su condición de auténtico dominador de la última década de la liga, por no abrir el melón de las comparaciones con Michael Jordan.
El título de L.A. llega en un curso plagado de terremotos de todo tipo. El trágico fallecimiento de Kobe Bryant sacudió al mundo del deporte en enero y convirtió el reto de LeBron y sus compañeros en el único homenaje a la altura. Luego, en marzo, la pandemia de coronavirus obligó a suspender la temporada durante cuatro meses y medio, un reto inédito para los 22 equipos que pudieron reanudar el curso. El retorno en Orlando, complejo por sí mismo, peligró además por las reivindicaciones racialesque desembocaron en un boicot histórico de los jugadores en plenos playoffs.
La competición superó todos los escollos y proclamó en octubre el campeón que, en circunstancias normales, hubiera proclamado en junio. Poder hacerlo fue un alivio para las arcas de la liga y los bolsillos de los jugadores. Sin público ni factor campo, en terreno neutral, el baloncesto de la burbuja Disney dejó un final de temporada magnífico completado con unas Finales trepidantes hasta que los Lakers dijeron basta.
El sexto partido fue una exhibición de poderío y favoritismo de los pupilos de Frank Vogel, que desplegaron su baloncesto más arrollador en el segundo cuarto (36-16) y se marcharon al descanso con el regalo empaquetado, 64-36. Los 28 puntos de diferencia quedarán como la segunda máxima ventaja al receso en unas Finales NBA, un dato que no aporta nada a los méritos acumulados por parte de los Heat en la serie.
Miami, liderados por un Jimmy Butler excepcional y exhausto en el sexto, autor de 12 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias tras dejarse el alma en el quinto encuentro, lograron que hasta LeBron dudara del alirón de los suyos y recordara los fantasmas del pasado. El astro de Akron, que terminó a lo grande con un triple-doble de 28 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias en su partido número 260 en unos playoffs –nadie ha disputado más en la historia–, cimentó con su cuarto título en sus décimas Finales su legado en la NBA. (Mundo Deportivo)