Un antiguo lago gigante podría explicar un misterio sobre la falla de San Andrés

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La falla de San Andrés, que se extiende a lo largo de la costa occidental de América del Norte y atraviesa densos centros de población como Los Ángeles en California, es una de las fallas más estudiadas de América del Norte debido a su peligrosidad. Si tomamos como referencia el intervalo medio de aproximadamente 150 años que históricamente ha separado a los terremotos de magnitud 7,5 en la zona estudiada y teniendo en cuenta el hecho de que han pasado más de 300 años desde el último que ocurrió en la zona, el sector sur de la falla de San Andrés acumula ya un gran y extraño retraso para el nuevo terremoto de este tipo. Durante décadas, los geólogos se han preguntado por qué ha pasado tanto tiempo desde que se produjo una ruptura sísmica importante. Ahora, unos geofísicos piensan que la «sequía sísmica» podría explicarse parcialmente por un antiguo lago gigante.

En el Encuentro Anual de 2020 de la GSA (Geological Society of America), una organización científica fundada en 1888 y que cuenta con 22.000 miembros de más de 100 países, Ryley Hill ha presentado los más recientes resultados de una investigación en marcha para determinar hasta qué punto la presencia de un gran lago sobre la falla de San Andrés podría haber alterado la cadencia de rupturas en el sector citado de la falla de San Andrés. Para el estudio, Hill se ha valido de la modelación geofísica.

Hace cientos de años, un lago gigante (el lago Cahuilla) en el sur de California y el norte de México cubría franjas de los valles de Mexicali, Imperial y Coachella, a través de las cuales discurre el sector sur de la falla de San Andrés. El lago fue útil para múltiples poblaciones de nativos americanos en la zona, como lo demuestran los restos arqueológicos de trampas para peces y campamentos, pero se ha ido secando lentamente desde su más reciente marca de nivel alto del agua (entre los años 1000 y 1500 de nuestra era). Si el lago sobre la falla de San Andrés se ha secado y el peso de su agua desapareció, ¿podría eso ayudar a explicar por qué la falla de San Andrés está experimenta una “sequía sísmica”?

Algunos investigadores ya han encontrado una correlación entre los niveles altos de agua en el lago Cahuilla y las rupturas de la falla, estudiando un registro de 1.000 años de terremotos, aportado por capas interrumpidas de suelos que están expuestos en zanjas muy hondas del Valle de Coachella. La investigación de Hill se basa en un conjunto de modelos existentes, pero es más amplia porque incorpora este registro único de 1.000 años. Además, se centra en mejorar un factor clave: la complejidad de la presión ejercida por el agua en las rocas bajo el lago.

Hill está explorando cómo los cambios en el caudal de un lago con el paso del tiempo incluyen en el calendario de rupturas de una falla situada bajo él. La carga del lago en una falla es el efecto acumulativo de dos fuerzas: el peso del agua del lago y la forma en que el agua se arrastra, o se difunde, en el suelo bajo el lago. El peso del agua del lago que presiona el suelo aumenta la tensión ejercida sobre las rocas que están debajo de él, debilitándolas, y actuando sobre cualquier falla que esté presente. Cuanto más profundo es el lago, más tensión sufren esas rocas, y es más probable que la falla se deslice.

Las investigaciones de modelación anteriores se centraron en un estado totalmente drenado, con toda el agua del lago difundiéndose directamente hacia abajo (y en un solo momento). En cambio, el modelo de Hill es más complejo.

Aunque la investigación todavía no ha terminado, Hill ya ha podido determinar que cuando el agua del lago está en su punto más alto, aumenta las tensiones lo suficiente como para adelantar en el “calendario” la cadena de acontecimientos futuros que desembocan en una ruptura de falla. (Fuente: NCYT de Amazings)

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