El virus mata en EE.UU. más que nunca y se prevé un duro invierno
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, requirió a sus vecinos que se queden en casa ante el incremento del número de infectados. “Es el momento de cancelar todo lo que no sea esencial”, aconsejó la noche del miércoles.
A los diez meses del primer caso, Estados Unidos se halla en el peor momento del coronavirus.
La pandemia inexistente, o en todo caso creada en un laboratorio chino para destruir la presidencia de Donald Trump y facilitar la victoria de Joe Biden, es una de las teorías conspirativas a la que buena parte del trumpismo radical concede credibilidad.
Que no era más que un arma de cara a las urnas lo propagó el mismo presidente estadounidense.
“Covid, Covid, Covid es el canto unificado de los patéticos medios de noticias falsas. No hablarán de nada más hasta el 4 de noviembre, cuando, afortunadamente, las elecciones habrán acabado. Entonces reconocerán lo bajo que es el índice de mortalidad, la gran cantidad de habitaciones de hospital disponibles y los muchos tests a la gente joven”.
Esta versión la tuiteó el 28 de octubre. Como pitoniso, un desastre. En aquel mensaje no acertó ni una. Han pasado treinta días de la cita electoral y el asunto de conversación en el país es la crisis sanitaria. Este miércoles –tal vez el jueves aún lo superará– se batieron todos los récords registrados a lo largo de este 2020.
Por primera vez, los hospitales superaron la barrera psicológica de los 100.000 ingresados. Como ninguna otra jornada, se detectaron 200.000 nuevos infectados. Y lo que todavía resulta peor: hubo 2.885 muertos, número que supera el pico máximo de abril, que se situó en 2.752.
Para hacerse una idea, 2.750 personas fallecieron en el atentado contra las Torres Gemelas del bajo Manhattan, en septiembre del 2001, incluidos los pasajeros y la tripulación de los dos aviones comerciales secuestrados y empotrados en sendos rascacielos,
Según los pronósticos de los expertos, la cifra diaria de difuntos se situará en 3.000 o más en las próxima jornadas.
En el total EE.UU. suma más de 14 millones de infectados y por encima de 274.000 fallecidos, más que nadie en el mundo.
“La realidad es que diciembre, enero y febrero serán muy duros”, señaló Robert Reinfield, director del Centro de Enfermedades y Prevención (CDC). “Pienso –añadió– que este periodo será el más difícil en la historia de la salud pública de nuestro país”.
El CDC pronostica un invierno devastador, con una previsión de alcanzar los 450.000 muertos en febrero, excepto si los ciudadanos adoptan precauciones como llevar la máscara, guardar la distancia social y evitar grandes reuniones. A pesar de los consejos, y como ya se vio el puente de Acción de Gracias, millones de personas viajarán por Navidades. (La Vanguardia)
Así se llega a la directriz del alcalde de Los Ángeles. Garcetti ratificó la orden del condado, vigente desde el lunes. El mandato prohíbe encuentros fuera de los hogares. Los establecimiento seguirán abiertos con limitaciones. El gobernador de California, Gavin Newson, siguió esta senda e impuso este jueves la orden de quedarse en casa y el recorte de actividad, incluso el cierre de bares, en condados en los que los unidades de cuidados intensivos lleguen al 85% de ocupación. (ABC)