La UE no reconoce la victoria chavista en los comicios legislativos

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La posición europea estaba tan cantada como el resultado de unos comicios cuestionados por gran parte de la comunidad internacional y boicoteados por la mayoría de la oposición. La UE no reconocerá la victoria del chavismo en las elecciones legislativas celebradas el domingo en Venezuela. Tras la reunión de los ministros de Exteriores, los 27 emitieron ayer un comunicado solicitando nuevas elecciones presidenciales y legislativas “creíbles, inclusivas y transparentes” y llamando al gobierno de Nicolás Maduro y a la oposición a “empezar un proceso de transición dirigido desde Venezuela”.

“Nadie más que yo ha trabajado para intentar que estas elecciones fueran inclusivas y crear las condiciones para la participación de la oposición y que la UE pudiera reconocer el resultado”, afirmó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. “Hice mucho, pero no conseguí mucho”, agregó.

La administración Trump tampoco reconoce la victoria chavista. El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, calificó de “farsa” los comicios y pidió que el medio centenar de países que reconoce como presidente encargado de Venezuela al autoproclamado líder opositor, Juan Guaidó, sigan apoyando al actual titular de la Asamblea Nacional. “Instamos a todos los países comprometidos con la democracia a que se unan a nosotros para condenar la farsa del 6 de diciembre y apoyar a la legítima Asamblea Nacional y al presidente interino en el futuro”, declaró Pompeo en un comunicado, donde también pidió nuevas elecciones “presidenciales libres y justas”.

En otro comunicado, dieciséis países del continente americano –la mayoría miembros del Grupo de Lima, que mantiene una posición enfrentada al chavismo– también rechazaron la legitimidad de los resultados en unas elecciones que calificaron de “fraudulentas” y que se celebraron “sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad y transparencia”. Entre estos países figuran desde Canadá, Brasil, Colombia o Chile hasta pequeños estados centroamericanos y caribeños; sin embargo, no suscribieron el texto Argentina o México, cuyos líderes progresistas guardan una posición ambivalente con el chavismo.

En la otra orilla diplomática, junto a Cuba, el principal valedor internacional de Maduro sigue siendo Rusia, que envió observadores a las legislativas, ante el vacío de la UE, la OEA y EE.UU. Moscú sí avala los resultados y en un comunicado del Ministerio de Exteriores afirmó que “no se detectaron graves violaciones” durante la jornada del domingo, destacando que la votación con sufragio electrónico se desarrolló con “los más altos estándares de transparencia, democracia, seguridad sanitaria y epidemiológica”. Turquía e Irán también enviaron observadores a las elecciones.

Mientras tanto, la oposición lanzó ayer la anunciada consulta popular, una acción propagandística con la que intenta dejar en evidencia al régimen autoritario bolivariano. Con tres preguntas para que los venezolanos digan si convalidan las elecciones del domingo, si quieren que se acabe la “usurpación” del gobierno por Maduro y si están de acuerdo con que Venezuela recupere la democracia, el resultado de la consulta está tan cantado en contra del chavismo como el de las legislativas lo estaba a favor del gobierno. Guaidó aseguró ayer que ya se estaba viendo una “increíble participación”, en una votación electrónica que culminará el próximo sábado con una jornada de sufragio presencial en Venezuela y el extranjero.

No obstante, uno de los efectos que tendrán las legislativas es que el papel de Guaidó como líder opositor será más cuestionado que nunca desde el interior del antichavismo, teniendo en cuenta que su autoproclamación presidencial emana de su condición de titular de la Asamblea Nacional elegida hace cinco años. “¿Hasta cuando yo puedo reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela sin pasar por una elección?”, se preguntaba el prestigioso encuestador Luis Vicente León hace unos días durante un encuentro virtual desde Caracas con un reducido grupo de corresponsales. (La Vanguardia)

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