Djokovic, supercampeón de Australia y más cerca de Federer y Nadal
Novak Djokovic superstar, amo y señor del Open de Australia. Intocable. Ni lesiones, más o menos controvertidas, ni rivales en racha. Melbourne Park es feudo del serbio, campeón por novena vez, tercera consecutiva, aniquilando en la final al ruso Daniil Medvedev: 7-5, 6-2 y 6-2 en 1h.53’.
Es el decimoctavo título de Grand Slam de ‘Nole’, 33 años. Tras la cancelación de Wimbledon, la descalificación en el US Open y la paliza recibida en la final de Roland Garros, se impulsa en la carrera por ser el más grande de la historia acercándose al récord de 20 del suizo Roger Federer, 39 años, y Rafa Nadal, 34.
La mitad de la cosecha recogida en Australia, donde suma 21 partidos consecutivos ganados. El Grand Slam es la categoría superlativa, donde se establecen diferencias entre las leyendas y los buenos, inclusos magníficos, tenistas. ‘Nole’ está en el olimpo, lejos del alcance de un Medvedev terrenal, a quien no valió de nada su racha de 20 victorias seguidas, 12 ante rivales top-10, incluida una ante Djokovic.
Djokovic y Nadal se reparten diez de las últimas 11 coronas de Grand Slam. La estadística es de 15 de 16 incluyendo a Roger Federer. Sólo Dominic Thiem asomó la cabeza en el pasado US Open. Medvedev, 25 años y desde el lunes nº 3 mundial, sigue sufriendo la epopeya del ‘Big 3’. No pudo con Rafa en Nueva York 2019, tampoco más maduro deportivamente y con mayor experiencia consiguió inquietar a Novak.
Excepcional respuesta de Djokovic, que pareció eliminado en la tercera ronda cuando se agarró a la zona abdominal derecha. Hubo recuperación milagrosa en su quinto set contra Taylor Fritz, no dejó de mejorar en todos los aspectos desde entonces, generando una controversia a la que ya se ha acostumbrado porque forma parte de su existencia. Tocaba decidir, y exhibió su mejor versión, la de supercampeón.
Capturó su 82º título dominando con autoridad su 28ª final en Grand Slam. Empezó avisando con un parcial de 3-0, que enseguida recuperó Daniil Medvedev, mostrando esa capacidad de reventar la bola de un lado a otro. Equilibrio que no escondió la realidad que se impondría. A la hora de cerrar, más sereno y efectivo ‘Nole’, superior en cada situación comprometida.
En el segundo set, la misma historia. Aprieta pero no ahoga el moscovita, que abre con ‘break’ a favor pero luego recibe cuatro juegos seguidos. Con 5-2 Djokovic, rompe la raqueta Medvedev, desquiciado. Hundido mentalmente, impotente contra el muro serbio, la genialidad de un campeón.
Djokovic se disparó en la tercera manga, incrementando el nivel. Saque efectivo, su mejor baza en la rápida pista de Melbourne Park, y resto intimidante. Sometiendo a Medvedev, que recibió una lección completa de cómo competir en los eventos que definen la historia del deporte. (Mundo Deportivo)