Las lentes de contacto del mañana
Un análisis reciente sobre los avances en materia de lentes de contacto sobre los que se está trabajando pone de manifiesto que en un futuro quizás no muy lejano las lentes de contacto tendrán capacidades y aplicaciones que van mucho más allá de las actuales y que en algunos casos parecen más propias de la ciencia-ficción que de la ciencia.
«Nuevos biomateriales, avances en nanotecnología, diseños ópticos sin precedentes, descubrimientos en materia de biosensores y de agentes antibacterianos, e incluso la miniaturización de baterías y de otros sistemas de transferencia de energía, están convergiendo como nunca antes. En los próximos años se producirán avances increíbles y un crecimiento de la categoría de lentes de contacto», asevera Lyndon Jones, director del Centro de Investigación y Educación Ocular (CORE) de la Universidad de Waterloo en Canadá y coautor del análisis.
La presencia de biomarcadores en las lágrimas dará lugar a lentes de contacto de diagnóstico para ayudar a detectar y tratar enfermedades sistémicas y oculares, como la diabetes, el cáncer y la enfermedad del ojo seco.
El progreso de los circuitos integrados puede dar lugar a la monitorización de la presión intraocular mediante lentes de contacto, así como a la vigilancia del glaucoma e incluso a la obtención de imágenes de la vasculatura de la retina para la detección precoz de problemas de salud como la hipertensión, el ictus y la diabetes.
El tratamiento de las enfermedades oculares también puede beneficiarse de los avances en dinámica de fluidos, ciencia de los materiales y microelectrónica. Los materiales resistentes a la deshidratación combinados con otras tecnologías podrían ofrecer terapias alternativas para la enfermedad del ojo seco. Mediante filtros sofisticados se podrá procesar la luz entrante para compensar problemas de visión provocados por defectos fisiológicos, incluyendo las deficiencias en la visión del color.
Las lentes de contacto con suministro de fármacos incorporado podrían ofrecer una dosificación más precisa que las gotas oculares tradicionales, aumentando el tiempo de permanencia de un fármaco en la superficie ocular con menos absorciones de tipos no deseados, reduciendo los numerosos efectos secundarios conocidos de bastantes de esos fármacos. Uniendo la tecnología de detección con la de microfabricación, las lentes de contacto podrían liberar dosis adecuadas de fármacos al detectar por sí solas problemas oculares del usuario, gracias a una monitorización continua, lo que permitiría evitar procedimientos más invasivos.
Con lentes de contacto «inteligentes» de las clases apropiadas, los usuarios dispondrían de una óptica siempre ajustada a la perfección, por ejemplo con la superficie frontal de la lente moldeada para reducir las distorsiones ópticas en función de la forma corneal única de cada persona. La microelectrónica integrada podría supervisar constantemente la dirección de la mirada, controlando los elementos ópticos para compensar en tiempo real los problemas de visión de la presbicia.
La incorporación en lentes de contacto de los recientes avances en óptica y en pantallas digitales tiene el potencial de ayudar a las personas que sufren de baja visión, y de extenderse a la población en general para sustituir o complementar las pantallas tradicionales. (Fuente: NCYT de Amazings)