Comer un día y ayunar al siguiente, ¿vía eficaz para perder kilos de más?

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El ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de ayuno con periodos de alimentación, se ha convertido en una de las estrategias más populares para perder peso. Existen muchos programas de ayuno intermitente, desde el ayuno parcial hasta la popular dieta 5:2 (comer 5 días a la semana y ayunar 2 días) o el ayuno de días alternos (comer un día y ayunar el siguiente).

Muchas personas que han probado técnicas de ayuno intermitente afirman que los horarios de ayuno son relativamente fáciles de adoptar y cumplir, y las teorías sugieren que un ayuno de un día puede desencadenar cambios beneficiosos en el metabolismo que favorecen la pérdida de peso.

Sin embargo, pocos estudios han examinado los efectos específicos del ayuno intermitente o han comparado sus efectos con los de las dietas que simplemente reducen la ingestión diaria neta de calorías.

El equipo internacional de Iain Templeman, de la Universidad de Bath en el Reino Unido, reclutó a 36 voluntarios sin sobrepeso y los dividió en 3 grupos de 12, cada uno de los cuales siguió una dieta diferente de la de los demás grupos durante tres semanas.

A lo largo de esas tres semanas, el primer grupo siguió una dieta en la que se alternaba un día de ayuno con un día en el que la persona ingería el 150% de la ingesta energética diaria que era habitual en ella antes de participar en el estudio.

El segundo grupo siguió una dieta sin ayuno, con una ingesta energética diaria del 75% de la que era habitual en la persona antes de participar en el estudio.

El tercer grupo siguió una dieta en la que se alternaba un día de ayuno con un día en el que la persona consumía toda la comida que quería, sin restricción en la ingesta energética. En promedio, el valor calórico de lo comido en esos días resultó ser de un 200% de la ingesta energética diaria que era habitual en esas personas antes de participar en el estudio.

Después de tres semanas, el segundo grupo mostró las mayores pérdidas tanto de peso como de grasa, con una pérdida media de grasa de 1,57 kg. Por su parte, el primer grupo, aunque perdió peso, su pérdida de grasa fue menos efectiva (una media de 0,74 kg). En cuanto al tercer grupo, no mostró descensos significativos ni de peso ni de grasa.

Otros análisis mostraron que entre los tres grupos no había diferencias importantes en la salud cardiometabólica, las sustancias metabólicas ni la expresión genética en las células grasas.

Por otra parte, Templeman y sus colegas constataron que las personas de los dos grupos de ayuno tendían a ser mientras seguían esa pauta menos activas que antes de comenzar a seguirla, lo que probablemente contribuyó a que su disminución de grasa fuera menor que la del grupo que no ayunó.

A raíz de esto, el equipo de investigación cree que las personas que optan por alternar un día de ayuno con otro de alimentación deberían asegurarse de incluir en su rutina un nivel suficiente de actividad física para impedir que disminuya su gasto energético.

De todos modos, los autores del estudio advierten de la conveniencia de que los resultados de este sean corroborados en el futuro por estudios realizados en grupos más extensos de personas y durante períodos más largos.

El estudio se titula “A randomized controlled trial to isolate the effects of fasting and energy restriction on weight loss and metabolic health in lean adults”. Y se ha publicado en la revista académica Science Translational Medicine. (Fuente: NCYT de Amazings)

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