INTERNOS DE LA CARCELETA CONCLUYEN CURSO BIBLICO, UNA LUZ ESPIRITUAL RESPLANDECE AL FINAL DEL TUNEL
Daniel Cirilo Leguizamón Ávalos, a temprana edad se aferró al evangelio cristiano en su natal Paraguay donde conoció la Palabra de Salvación y optó por seguir las pisadas del Maestro Jesucristo. Firme en su convicción, tomó la decisión de iniciar su obra misionera, la que lo llevaría a tierras bolivianas llevando consigo el mensaje de salvación. Con su Fe puesta en su Salvador, ingresa a nuestra región chaqueña para luego radicar en nuestra ciudad; aunque también estuvo viviendo por algunos años en la ciudad de Sucre.
Quiso Dios que Daniel conozca a Sonia Padilla, natural de Camiri, la que mujer con la que llegaría a formar una familia y con la que procrearon dos hijos; Josué Daniel y Ericka Febe de 14 y 12 años respectivamente.
Entre las muchas actividades propias de su obra misionera que Daniel lleva a cabo está la que realiza con los privados de libertad y que se encuentran recluidos en la carceleta ubicada en los predios que antes eran ocupados por YPFB.
En octubre del año 2019 logra conseguir la autorización para iniciar un curso bíblico entre los internos el mismo que, luego de dos años de duración, concluyó con la entrega de los certificados correspondientes. Según el informe que nos proporciona el Pastor Leguizamón, este discipulado lo iniciaron 40 internos y 26 lograron concluirlo.
Para el efecto, el pasado 9 del mes en curso, se llevó a cabo el acto de clausura en la misma carceleta; en el que se contó con la presencia del Director de Desarrollo Humano, César Cuellar, en representación del alcalde municipal, también estuvieron presentes Pastores misioneros que llegaron para acompañar a Daniel en este importante acto y los medios de comunicación que asistieron para dar la respectiva cobertura periodística.
Los internos y los mismos efectivos policiales asignados a esta carceleta, se sienten agradecidos con la obra que está llevando a cabo Daniel Leguizamón, quien espera poder iniciar muy pronto la construcción de una infraestructura en donde los reclusos puedan llevar a cabo otros estudios bíblicos y apoyarlos en consejería, charlas motivacionales en grupo e individual. Daniel los apoya con literatura y folletería evangélica de manera permanente.
De momento, resplandece una luz espiritual al final del túnel en la vida de los privados de libertad en la carceleta de Camiri.