El gobernador prorruso de Jersón pide la evacuación de civiles ante la ofensiva ucraniana: «Para ponerlos a salvo de los misiles»

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Ucrania avanza con firmeza en el frente sur y apenas 24 horas después de anunciar la liberación de cinco nuevas poblaciones en la provincia de Jersón, el gobernador local impuesto por Rusia, Vladímir Saldo, pidió a Moscú ayuda para evacuar a los civiles «para ponerles a salvo de los misiles» enemigos. Saldo lanzó el mensaje vía Telegram y señaló que la salida de los civiles «es necesaria ante la posible venganza de las fuerzas ucranianas» y propuso la evacuación a Crimea, Rostov, Krasnodar Krai o Stavropol Krai. A la espera de la respuesta del Kremlin, este mensaje de socorro confirma el colapso de las tropas rusas en una de las cuatro provincias que Vladimir Putin decidió anexionarse, junto a junto a Zaporiyia (sur), Donetsk y Lugansk (este). 

La Inteligencia británica confirmó que los combates llegarán pronto a la ciudad de Jersón, donde antes de la guerra vivían cerca de 300.000 personas, la única capital que los rusos han logrado controlar desde el inicio de la invasión. De momento no hay apenas información de la situación en las zonas liberadas, pero hay un gran temor a que se repita lo sucedido en Bucha, Irpín o Járkov. En su comparecencia ante el Consejo de Europa, el presidente Volodímir Zelenski afirmó que, tras la reciente recuperación de terreno al este del país, sus fuerzas hallaron fosas comunes con cientos de cadáveres.

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En medio de la escalada de tensión en los frentes, Moscú y Kiev anunciaron un nuevo intercambio de prisioneros. «Otro intercambio de prisioneros, otro momento de alegría», dijo el asesor presidencial ucraniano Andriy Yermak en Telegram. Cada bando puso en libertad a veinte detenidos, lo que supone que aunque las armas hablen, se mantienen también abiertos cauces directos de comunicación.

Energía, arma de guerra

Una jornada más Rusia castigó plantas energéticas a lo largo de Ucrania y la situación del suministro es grave en amplias zonas del país. En la provincia de Kiev, las autoridades volvieron a denunciar el uso de drones kamikaze, pero no aportaron detalles de los daños sufridos.

El control de la central nuclear de Zaporiyia también forma parte de la estrategia de usar la energía como arma de guerra ya que era una de las principales vías de producción de electricidad para los ucranianos. Desde marzo está en manos rusas, desde septiembre ya no produce electricidad y Rusia anunció que empezará a usar combustible nuclear ruso una vez agote las reservas con las que cuenta. Renat Karchaa, asesor del director general de la compañía rusa Rosenergoatom, indicó que «el proceso de cambio al sistema ruso ya ha sido lanzado». El gran temor de las autoridades de Kiev es que Putin decida comenzar a desviar la energía que produce la mayor centra de Europa a Crimea.

Dos días después de entrevistarse con Putín en Moscú, el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Mateo Grossi, viajó a Kiev para reunirse con Zelenski. El AIEA cuenta con cuatro inspectores dentro de la planta y su prioridad es crear una zona de seguridad para evitar un desastre. Grossi aseguró que «estamos avanzando en el establecimiento de la zona de seguridad» y se refirió también a las gestiones en marcha para lograr la liberación del número dos de la central, Valeriy Martynyuk, detenido el lunes por las tropas rusas.

La amenaza nuclear en Ucrania es doble por el riesgo a un desastre en esta planta y por la posibilidad del uso de armas atómicas. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se refirió a esta última posibilidad y advirtió a Rusia de que sus fuerzas serán «aniquiladas» si opta por usar este tipo de armamento.

Llegada de armas

Los ucranianos van haciendo frente día a día a lo que se les pone delante y desde la lluvia de misiles del lunes han pedido a sus aliados que se den prisa con el envío de baterías antiaéreas. La respuesta de Occidente ha sido rápida y tras el anuncio de Alemania y Estados Unidos, Reino Unido adelantó que entregará cohetes AMRAAM «para ser usados con los sistemas de defensa aérea NASAMS prometidos por Estados Unidos», según el ministerio de Defensa en Londres. Se trata de un misil aire-aire de medio alcance que ofrece a Kiev la capacidad de derribar misiles de crucero. (ABC.es)

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