Irán apunta a la suspensión de la Policía de la Moral
El Fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, sorprendió a los medios al apuntar en unas declaraciones un tanto ambiguas la suspensión de funciones de la Policía de la Moral, responsable de la muerte de la joven Mahsa Amini. No ha habido ninguna confirmación oficial por parte del Ministerio de Interior, ni se ha aprobado de momento modificación alguna a la ley que exige el uso obligatorio del velo, pero las palabras de Montazeri fueron interpretadas en Occidente como una concesión a los manifestantes del país tras más de dos meses de protestas bajo el eslogan de ‘mujer, vida, libertad’. Es un momento delicado para el régimen y Montazeri informó también de que Parlamento y consejo supremo discuten el tema del hiyab y que en un par de semanas se conocerá la decisión.
Consultado en rueda de prensa por la ausencia de las patrullas de la Policía de la Moral en las calles desde el 16 de septiembre, Montazeri respondió que ese cuerpo «no tiene nada que ver con el poder judicial y fue suprimido por los que lo crearon». Las ‘patrullas de orientación’ (Gasht-e Ershad, en farsi) fueron las responsables de la detención de Amini en Teherán por no llevar el velo de forma correcta. La joven kurda murió en uno de sus centros de reeducación –por causas naturales según la policía, torturada, según los familiares– y desde el 16 de septiembre el país vive la oleada de protestas más graves desde 2019. El Gobierno admitió la muerte de 200 personas en estos meses de incidentes, incluyendo a los agentes de seguridad, aunque algunas organizaciones de derechos humanos elevan la cifra a 300, entre ellas 50 menores de edad. No hay forma de contrastar las cifras de forma independiente.
La celeridad en la prensa occidental a la hora de dar por finiquitada a la Policía de la Moral solo fue comparable con la de los medios oficiales para recordar que Montazeri no es responsable de un cuerpo que depende del Ministerio de Interior. Las ‘patrullas de orientación’ operan desde los primeros días de la revolución, pero su formato actual fue establecido durante el mandato del ultraconservador Mahmoud Ahmadineyad con el objetivo de preservar «la cultura de la decencia y el hiyab». Con el moderado Hasán Rohani su papel fue testimonial, pero tras la llegada de Ibrahim Raisi, se habían reforzado sus tareas y las temidas furgonetas verdes eran omnipresentes en las calles. El clérigo radical ordenó endurecer el control de la vestimenta y prohibió a las mujeres entrar incluso a algunos bancos, oficinas gubernamentales o transportes públicos. Poco después de un año de su llegada al poder, se produjo la muerte de Amini y desde ese día han desaparecido sus policías de la moral, su lugar lo ocupan ahora los antidisturbios, cuya labor no es detener a las mujeres que lleven mal el velo. (ABC.es)