¿Conoces el carril-bici con fotovoltaica?
Desde hace algunos años hay una preocupación creciente por volver a humanizar las ciudades. Por un lado, la continua restricción de circulación a vehículos de combustión, motivada por la alta contaminación, pero también por la necesidad de dar espacio a las personas, está motivando un movimiento que promueve el uso de la bicicleta en las ciudades.
Así se están creando más y más carriles para bicicleta, que, además, se quieren aprovechar para generar electricidad con paneles fotovoltaicos.
Durante los últimos 70 años, los vehículos han ido invadiendo las ciudades, desplazando a las personas a espacios muy restringidos, como las aceras y pequeños parques. Sin embargo, y gracias a la necesidad de reducir el consumo energético y bajar los niveles de contaminación en las ciudades, se está revirtiendo esa tendencia.
Y ¿por qué no aprovechamos y generamos energía al mismo tiempo? Así están naciendo iniciativas que pretenden humanizar y mejorar energéticamente nuestras poblaciones.
Carril-bici con techo solar
La instalación de paneles fotovoltaicos sobre los carriles para bicicletas no es algo nuevo. Ya en 2014 se instaló un tramo de unos 32 km en Corea de Sur. En una autovía que une dos importantes ciudades del país asiático, Sejong y Daejeon, se colocó una estructura fotovoltaica con los paneles. El carril para bicicletas discurre en medio de la autovía, haciendo de separación a los vehículos que circulan en diferente dirección. Sin embargo, para aumentar la seguridad de los ciclistas, se dejó un carril, a modo de arcén, a cada lado de las bicicletas.
Lo más importante es que el techo que forman los paneles solares genera electricidad que se usa en la iluminación y las señalizaciones. Además, protege un poco a los ciclistas de las inclemencias del tiempo.
Sin embargo, el caso de Corea del Sur no es el único. También en Europa hay iniciativas similares. Un ejemplo de ello es la ciudad de Friburgo, en Alemania, donde se ha realizado la instalación de unos 900 paneles fotovoltaicos sobre un tramo de 300 metros de carril-bici. Los paneles solares son translúcidos, de modo que dejen pasar algo de luz, aunque lo más importante es que se ha calculado que puedan generan 280.000 kWh de electricidad verde al año.
Como último ejemplo, exponemos el proyecto del arquitecto alemán Peter Kuczia. El Solar Veloroute, un carril bici modular y semicerrado, proporciona a los ciclistas refugio, luz por la noche y estaciones de carga en ruta. Se utiliza un dosel delgado para proteger a los ciclistas del sol, el viento y la lluvia. Los arcos de acero curvo soportan el conjunto de paneles fotovoltaicos que, según Kuczia, podrían generar hasta 2.000 MWh de electricidad por kilómetro de ciclovía.
Actualmente, este diseño se utiliza en Suiza y Dubái. A medida que más y más ciudades se esfuerzan por hacer que sus opciones de transporte sean más respetuosas con el medio ambiente, rutas como esta podrían convertirse en algo bastante común.
Carril-bici con suelo solar
Colocar un techo solar no es la única opción. También se han desarrollado paneles fotovoltaicos que se instalan como pavimento. Así, en 2016 se hizo una prueba en una carretera del norte de Francia, donde se instó un tramo de asfalto con paneles fotovoltaicos. Los resultados no fueron los esperados, sin embargo, así que las autoridades francesas quieren seguir con las pruebas utilizando paneles con mejores protecciones.
Otros casos con mayor éxito son las rutas para bicicletas, ya que el peso y la abrasión por rozamiento que tienen que soportar es mucho menor que con coches y camiones. Así, tanto en Holanda como en Alemania ya se han instalado diferentes tramos con un suelo formado por diferentes tipos de paneles fotovoltaicos.
Es el caso del carril bici de Erftstadt bei Koln. Su coste fue de 50.000 euros, es decir, cada metro cuadrado costó aproximadamente 250 euros. Algunas de las características de este carril bici es que es capaz de reducir el ruido, además de derretir la nieve y el hielo, lo que limita los costes de mantenimiento, especialmente durante el invierno. Y por supuesto, genera electricidad para su uso en la iluminación del propio camino.
Otro ejemplo es Krommenie, en Países Bajos, donde se abrió en 2015 un carril bici de alta tecnología para los ciclistas y que vemos en la siguiente imagen. Se la llama SolaRoad y es especial porque uno de sus dos carriles está equipado con paneles solares que pueden entregar energía a la red. El carril-bici con el suelo fotovoltaico apenas tiene poco más de 75 metros de largo. Sin embargo, los promotores esperaban que pudiera producir suficiente energía anual para alimentar los hogares de alrededor.
Baldosas que generan electricidad
También surgen iniciativas que se enfocan en los peatones. Y es que, en las grandes ciudades siempre hay zonas con un tránsito de personas muy elevado. Así es como diferentes investigadores han desarrollado varios modelos de baldosas que al ser pisadas generan electricidad.
Es el caso de un nuevo suelo que se instaló en el 2012 en el exterior del centro comercial Westfield Stratford City, cercano al estadio Olímpico de Londres. La idea era aprovechar el paso de los cerca de 40 millones de personas que transitan por ese lugar durante todo el año. Con la electricidad que se genera, se ilumina la mitad del exterior del centro comercial. (NCYT)