Chiquitania ante peligro de daño ambiental irreversible

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La diputada por Creemos, María René Álvarez, alertó que la deforestación en el departamento de Santa Cruz va en aumento para dar paso a las actividades “mega agrícolas” de colonizadores y extranjeros, mismas que dejan a la región sin bosques vírgenes, como sucede en la Chiquitania.

La deforestación, sobre todo en la provincia Velasco, zona caracterizada por tener un bosque seco, es una amenaza latente con el ingreso de proyectos que pretenden comprometer a los pobladores para que sean parte o avalen a las nuevas plantaciones agrícolas.

“Es una visión errónea de la gente pensar que este tipo de actividades les dará trabajo justo y estable, porque no es sostenible en el tiempo, no les generará grandes recursos a ellos sino solo a los extranjeros y a grandes empresarios que invierten capital en medida de sus beneficios particulares y que cuentan con maquinaria de alta tecnología con la que deforestan grandes cantidades de bosque es cuestión de semanas, para prepararla para la producción del agro, los inversores ganan y los pobladores del lugar se quedan sin tierra ni recursos para su futuro’’, manifestó Álvarez.

La legisladora explicó también que el cambio en el uso de suelos es otro de los factores que afecta a la población; por ejemplo, la modificación de los microclimas provoca que los insectos y mosquitos dejen los montes y lleguen hasta las casas de los vecinos en Santa Rosa de la Roca o a la capital de San Ignacio de Velasco, incrementando los casos de dengue y enfermedades producidas por estos vectores.
‘‘Eso no es desarrollo, la tierra se agota y queda el daño ambiental irreversible’’, remarcó.

Un reciente dato de la consultora Global Forest Watch, determinó que en el oriente boliviano se deforestó más de 900.000 hectáreas de tierra entre 2001 y 2021 para actividades agrícolas, sobre todo relacionadas a las plantaciones de soya.

En el caso de Santa Cruz, la Fundación Tierra publicó hace unos meses un informe que detalla la deforestación registrada entre 2016 y 2021, dejando al departamento con 227.083 hectáreas perdidas ese último año, en comparación con 163.059 hectáreas de 2020.

Sobre la zona San Ignacio, con San Ignacio de Velasco y Santa Rosa de la Roca, el informe “Deforestación 2016-2021. El pragmatismo irresponsable de la Agenda Patriótica 2025”, detalla que “el ritmo de deforestación se aceleró en la región, pasando de 3 mil ha/año (antes del 2005) a más de 21 mil ha/año en (2006-2018)”.

En ese sentido, la diputada Álvarez alertó que existen grandes intereses de grupos inversionistas que, junto a colonias como la menonita, han visto en las tierras del oriente un negocio inmobiliario de fácil acceso para adquirir propiedades.

Precisamente, el factor que fue cambiando durante estas décadas es el ingreso de extranjeros en las tierras del oriente. En 2010 se tenía la presencia mayoritaria de brasileños con más del 40% de tenencia de tierras para la producción de soya. En tanto, el reciente estudio de Conservación Amazónica concluye que en los últimos cinco años son los menonitas los responsables de la pérdida de cobertura boscosa en 210.980 hectáreas para esa actividad.

A este panorama se suma la colonización interna de los denominados “interculturales” que avasallan tierras, se asientan en el lugar y logran beneficios de instancias gubernamentales. Luego esas tierras tomadas son comercializadas a extranjeros o particulares. (El Diario)

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