La Formula E va a todo gas: De la utopía eléctrica al auge de las carreras de energía limpia
Desde su lanzamiento hace siete años, la Formula E, la competición mundial en la que participan monoplazas eléctricos, ha crecido en popularidad atrayendo la atención de los principales fabricantes de automóviles, cambiando la percepción de la gente sobre este tipo de vehículos no contaminantes y situando al mundo un paso más cerca de un futuro liderado por el transporte sostenible.
Los medios de transporte son responsables de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Los motores de combustión que usan la mayoría de estos vehículos son una de las principales causas de la mala calidad del aire en las zonas urbanas y pueden contribuir a empeorar diversas enfermedades respiratorias, entre ellas el asma.
A pesar de que existen desde hace muchos años, los vehículos eléctricos todavía representan una pequeña parte de la cuota del mercado automovilístico global. Sin embargo, esta situación podría cambiar en breve debido a la creciente preocupación por el cambio climático y a algunos destacados compromisos de gobiernos y fabricantes de automóviles, como los planes de prohibir o acabar con la producción de motores de combustión que tendrán lugar durante las próximas décadas.
La Fórmula E es hasta el momento el único deporte que desde su fundación incluye el certificado de carbono neto cero y las escuderías que participan en el campeonato se han comprometido a combatir la crisis climática acelerando la implantación de los vehículos eléctricos.
Noticias ONU conversó con Julia Pallé, directora de Sostenibilidad de Fórmula E, y con Lucas di Grassi, el ganador de la primera carrera del campeonato en 2014 y defensor de las Naciones Unidas del aire limpio. Ambos nos hablaron del auge que están experimentando las carreras de coches eléctricos y de por qué pueden ayudar a convencer al público a abandonar los motores de combustión:
Julia Pallé: La Fórmula E se diseñó con la sostenibilidad en su ADN, y es parte de la razón por la que equipos, pilotos y socios se unen a nosotros. Su compromiso es impulsar la implantación de los vehículos eléctricos para el consumo masivo.
El campeonato se usa como banco de pruebas para impulsar la electrificación del transporte, mostrando una serie de productos y servicios que contribuyen a la creación de una economía baja en carbono.
Lucas di Grassi: Me incorporé a la Fórmula E en 2012 y fui el tercer piloto. Ya había conducido un coche eléctrico y estaba muy interesado en la tecnología. Creo que el público comprende que la sostenibilidad no es algo que se pueda escoger. La gente consume demasiado y tenemos que mejorar la calidad de vida de todos de forma sostenible sin dañar el planeta en beneficio de las generaciones futuras.
Los vehículos eléctricos forman parte de ello, y la Fórmula E está en el centro de la transición, en términos de investigación y desarrollo, y también para transformar la percepción de la gente sobre los vehículos eléctricos, que ha cambiado masivamente en los últimos cinco años.
Redacción: ¿Sufrió algún sentimiento de rechazo en los primeros días de competición?
Lucas di Grassi: Sí, sobre todo en el mundo del motor donde la gente es muy nostálgica. En primer lugar, se reían del proyecto y pensaba que iba en broma. Luego criticaron que los coches eran lentos, que no hacían ruido y por el hecho de tener que cambiar de coche durante las carreras.
Luego empezaron a tomárselo en serio y, unos años más tarde, ¡todos querían participar en la competición! El famoso físico estadounidense Richard Feynman dijo una vez que la inteligencia se mide por la capacidad de la gente para adaptarse o entender el cambio sin ofenderse.
La Fórmula E es un buen ejemplo: Yo crecí amando los coches con motor de combustión, pero está claro que hay que cambiar a lo eléctrico. El mundo de los deportes de motor no estaba de acuerdo, pero una gran parte de la gente entiende ahora que los vehículos eléctricos pueden ser emocionantes y divertidos.
Julia Pallé: Había mucho escepticismo y reticencia al cambio, pero hemos conseguido muchas victorias en el proceso. Desde la finalización de la primera temporada, pasando por la incorporación de más y más socios, hasta llegar a ser el campeonato mundial con la mayor participación de fabricantes de automóviles.
También hemos visto que muchas nuevas competiciones de vehículos de carreras eléctricos han seguido nuestro ejemplo, y este es el mejor ejemplo de que hemos abierto el camino y demostrado que las competiciones de vehículos eléctricos son muy atractivas.
Lucas di Grassi: hay que recordar que la movilidad eléctrica no se limita a los turismos. Va desde las bicicletas eléctricas, los patinetes, los ciclomotores y las motocicletas, pasando los coches, las furgonetas, los camiones y los autobuses.
Pero los vehículos pequeños son mucho más fáciles de electrificar que los camiones que recorren largas distancias o los aviones. Los grandes buques de carga no pueden convertirse en eléctricos sin más, e incluso si cambiáramos a otra tecnología como el hidrógeno o la energía nuclear, el coste del transporte de las mercancías sería mucho mayor.
Así que tenemos que concentrarnos primero en la opción más fácil, como las bicicletas y los coches eléctricos. Por esa razón he creado el primer campeonato mundial de patinetes eléctricos. No son patinetes normales, son muy rápidos y pueden alcanzar una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora.
Otro avance importante en el crecimiento del transporte sostenible es la conducción autónoma, que es mucho más eficiente, y en 2015 me uní a la Roborace, el primer campeonato mundial de vehículos de conducción autónoma con motor eléctrico.
Redacción: Parece que se está adoptando un enfoque dual con la Fórmula E, probando y desarrollando una tecnología que evoluciona rápidamente; y, a la vez, creando conciencia. Pero hay una carrera contrarreloj, porque el número de personas que quieren usar coches está aumentando rápidamente, y tenemos que demostrar que es posible aumentar masivamente el transporte eléctrico para satisfacer esa demanda.
Julia Pallé: Todos tenemos claro, desde los profesionales hasta las que personas que trabajan con la ONU y el público en general, que tenemos nueve años para reducir las emisiones en un 50% aproximadamente para alcanzar nuestros objetivos de acción climática.
Para ello tenemos que cambiar nuestra forma de vivir y el mayor impacto que podemos conseguir a nivel individual es en la forma en que viajamos. Lo que tratamos de hacer es ofrecer soluciones concretas: estamos respaldados por muchos fabricantes de automóviles que desarrollan tecnología en la Fórmula E que se utiliza para mejorar los coches, lo que en última instancia beneficia a los consumidores.
También servimos como reclamo mostrando cómo se puede alcanzar un estilo de vida sostenible en el futuro: ofreciendo opciones de comida basada en plantas, prohibiendo los plásticos de un solo uso. Así que no se trata de hacer concesiones ni de renunciar a las cosas que nos gustan, sino de hacer las cosas de una manera diferente y mejorada. (NCYT)