Rusia ordena evacuar la ciudad de Jersón, en el sur de Ucrania, ante la inminencia de una gran batalla
Las autoridades prorrusas de Jersón, en el sur de Ucrania, han ordenado a los civiles que abandonen la capital del óblast del mismo nombre ante la inminencia de una gran batalla que la parte ucraniana empieza también a dar por hecho, con acusaciones cruzadas entre los dos bandos.
Varios responsables de la administración afín a Moscú han instado a la población local a irse de la zona cuanto antes, en previsión de una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania. El gobernador local impuesto por Rusia, Vladímir Saldo, ha afirmado que las fuerzas rusas planean llevar a entre 50.000 y 60.000 ciudadanos a territorios ocupados al otro lado del río Dniéper y a Rusia.
Hace una semana, y ante la inminencia de la llegada de las fuerzas ucranianas a la zona, Saldo pidió a Moscú ayuda para evacuar a los civiles «y ponerles a salvo de los misiles» enemigos. Señaló entonces que la salida de los civiles «es necesaria ante la posible venganza de las fuerzas ucranianas» y propuso la evacuación a Crimea, Rostov, Krasnodar Krai o Stavropol Krai. Un mensaje de socorro que confirma el colapso de las tropas rusas en una de las cuatro provincias que Vladímir Putin decidió anexionarse, junto a junto a Zaporiyia (sur), Donetsk y Lugansk (este).
Si las tropas ucranianas lograsen recuperar Jersón, las rusas, para evitar quedar embolsadas, se verían seguramente obligadas a replegarse al este del Dniéper, según explicaba el general Pedro Pitarch en ABC. «Esa sería, en términos políticos, la primera gran victoria militar ucraniana. Porque, a la ganancia (recuperación) territorial, se añadiría un apreciable adelgazamiento de la franja de terreno, conquistada en las primeras semanas de la invasión rusa, y que, al noroeste de Crimea, conforma el glacis de seguridad de la península».
Jersón, donde antes de la guerra vivían cerca de 300.000 personas, es la única capital que los rusos han logrado controlar desde el inicio de la invasión. Un oficial ruso, Sergei Surovikin, también ha advertido en declaraciones a la agencia TASS de estas operaciones inminentes y ha centrado entre los potenciales objetivos una planta hidroeléctrica.
El gobernador de Nicolaiev, Vitali Kim, aliado de Kiev, ha acusado en cambio a las tropas rusas de prepararse para bombardear ellos mismos la ciudad de Jersón. En este sentido, ha asegurado que son las fuerzas ocupantes quienes han comenzado a preparar la zona para futuros combates, informa la agencia UNIAN. (ABC.es)