Crece la indignación popular contra el Gobierno libanés tras la explosión
Mientras Beirut llora a sus muertos y comienza a abordar el alcance de la reconstrucción necesaria tras la devastadora explosión de esta semana, algunos libaneses, enfurecidos por la respuesta de su Gobierno, piden a los Estados extranjeros que derriben a sus líderes y ayuden con la gestión del país.
Grupos de activistas han convocado una manifestación en la ciudad el sábado para criticar la actuación del Gobierno con relación a la mayor explosión en la historia de Beirut. El siniestro en el puerto mató a 154 personas, hirió a 5.000 y destruyó una franja de la ciudad.
El Gobierno ha prometido hacer que los responsables rindan cuentas.
Algunos residentes, que se esfuerzan por limpiar sus hogares destrozados, se quejan de que un Gobierno al que muchos consideran corrupto —había habido meses de protestas contra su gestión de la profunda crisis económica antes del desastre de esta semana— les ha defraudado de nuevo.
“No confiamos en nuestro Gobierno”, dice la estudiante universitaria Celine Dibo mientras limpia la sangre de las paredes de su edificio de apartamentos destrozado. “ Ojalá Naciones Unidas se hiciera cargo del Líbano.”
Varias personas dijeron que no les sorprendía en absoluto que el presidente francés Emmanuel Macron hubiera visitado sus barrios destripados cerca del epicentro de la explosión esta semana mientras los dirigentes libaneses no lo habían hecho. (Reuters)