Legisladores republicanos empiezan a temer la derrota de Trump
Más de un legislador republicano ha empezado a dejar transpirar el peor de sus miedos. Ese temor de que los votantes le digan el 3 de noviembre al presidente Donald Trump su frase marca registrada: “Estás despedido”.
El posible fin de la telerrealidad presidencial se deduce de los sondeos y de la conducta errática de Trump, víctima del virus, al que quita importancia pese a los 215.000 muertos en EE.UU.
Difundida este domingo, una encuesta del The Washington Post y la cadena ABC establece un margen de doce puntos de ventaja para Joe Biden (54% por 42%). Dos grupos clave, mujeres blancas con estudios y personas mayores, le dan la espalda a Trump en comparación al 2016.
La prospección, realizada del 6 al 9 de octubre, indica que el presidente, siempre por detrás, no ha logrado un rebote con los debates ni con sus shows de resiliencia como paciente de la pandemia. Los congresistas conservadores atisban el peligro de que una movilización electoral en su contra puede conllevar, además, la pérdida de diversos escaños del Senado en juego y facilitar que los demócratas se hagan con el control total del Congreso.
Por lo general, los máximo cargos republicanos siempre han cerrado filas en torno a Trump, sin importarles poco o nada una actitud descrita en repetidas ocasiones como antidemocrática.
El disentimiento, que no se había escuchado hasta ahora, se constató en unas declaraciones de Mitch McConnell, jefe de la mayoría conservadora en el Senado y estrecho colaborador de Trump. Causó sensación su confesión de que no visita la Casa Blanca desde el 6 de agosto porque le parece una locura la gestión que hacen allí de la pandemia, sin distancia social ni máscaras. McConnell, de 78 años, en carrera electoral para renovar su asiento, fue uno de los que no asistieron hace un par de semanas al acto de nominación en la Casa Blanca de la juez Amy Coney Barrett para el Tribunal Supremo. Esa reunión multitudinaria se ha calificado de “supercontagiosa”.
Resulta chocante su ausencia, ya que McConnell es el principal impulsor del nombramiento exprés de Barrett, cuyas audiencias en el Senado arrancan este lunes.
En un avance de su discurso, Barrett sostiene que “los jueces no deben intentar hacer política”. Su frase se ha de interpretar en el marco de su historia. Hace un tiempo suscribió una carta en la que afirmó que la ley del aborto es un atentado a la vida humana.
Los conservadores confían en que este trámite les permita recuperar la narrativa frente a un panorama sombrío. El senador Ted Cruz hizo sonar las alarmas. “Pienso que pueden ser unas elecciones terribles, podemos perder la Casa Blanca y las dos Cámaras, un baño de sangre de las proporciones del Watergate”.
Este domingo insistió en que hay una alta volatilidad. “El presidente Trump puede ganar y los republicanos conseguir las dos cámaras, pero también pienso que es posible ver un barrido demócrata”, remarcó.
Otros republicanos, como los senadores John Cornyn o Marta McSall, expresaron sus críticas a Trump. Thom Tillis, que se juega su escaño en el Senado por Carolina del Norte, dio implícitamente a Biden por ganador.
“El mejor control a la presidencia de Biden –recalcó– es que los republicanos mantengamos la mayoría en el Senado”. (La Vanguardia)