El test de sangre que detecta el cáncer en 10 órganos diferentes

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En un estudio realizado en cerca de 10.000 mujeres sin antecedentes de cáncer, investigadores de EE.UU. han evaluado un test sanguíneo multicáncer que ha logrado identificar con éxito algunos cánceres, en especial tumores en fases tempranos que pudieron localizarse y extirparse quirúrgicamente. Entre los cánceres detectados se encuentran los de ovario, que generalmente se diagnostican ya en una etapa avanzada.

Además, el nuevo test de sangre, desarrollado por Thrive Earlier Detection Corp, ha demostrado ser seguro y viable: la prueba se podría realizar sin la necesidad de llevar cabo inútiles e invasivas pruebas de seguimiento y es compatible con otras formas de detección estándar del cáncer, como la mamografía. Y, aunque se necesitarán más ensayos, los investigadores de la Universidad Johns Hopkins Geisinger Health afirman que el estudio permitió abordar algunos problemas fundamentales en las pruebas de sangre multicáncer.

Los resultados se han presentado hoy durante la sesión plenaria de la Reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR) y se publican en «Science».

Disponer de un diagnóstico temprano de los cánceres es una de las claves para reducir la mortalidad. Actualmente, los enfoques de detección disminuyen la mortalidad por cáncer de colon, mama, pulmón y cuello uterino, pero la adherencia presenta una amplia variación y no se recomiendan algunas formas de detección de cáncer para individuos de riesgo medio debido a que son demasiados invasivas y/o costosas.

Por eso, un test de detección multicáncer mínimamente invasivo podría aumentar las tasas de detección de cáncer si se aplicara a una población que ya sigue las recomendaciones de detección estándar.

En este nuevo estudio, Detecting cancers Earlier Through Elective mutation-based blood Collection and Testing (DETECT-A, Detección más temprana de cánceres mediante recolección y prueba de sangre basada en mutaciones electivas), el equipo de Anne Marie Lennon y Bert Vogelstein, de la Universidad Johns Hopkins, han tratado de responder varias de estas cuestiones, incluyendo si estas pruebas permiten detectar cáncer en personas cuyo cáncer no había sido previamente detectado por otros medios.

Reclutaron a cerca de 10.000 mujeres de entre 65 y 75 años de edad sin antecedentes de cáncer. Su análisis se orientó a casi todos los tipos de cáncer basados en ADN circulante y proteínas biomarcadores. A fin de maximizar la seguridad, DETECT-A incorporó tres pasos antes de iniciar una evaluación diagnóstica para el cáncer. Únicamente en el tercer paso, si no se había localizado una causa no relacionada con el cáncer para un resultado anómalo, se invitó a las participantes que mostraron un test positivo a someterse al componente final del test: un escaneo tomográfico computarizado de diagnóstico de tomografía por emisión de positrones de cuerpo completo (PET- CT). Esta prueba se usa habitualmente en la práctica clínica para ayudar a detectar, localizar y diagnosticar tumores.

El test sanguíneo empleado en el estudio DETECT-A es una versión inicial de un «combo» de análisis múltiples denominado CancerSEEK, que se desarrolló en 2016, y analiza 16 genes y nueve proteínas vinculadas causalmente a múltiples tipos de cáncer.

Los hallazgos del estudio muestran que el análisis de sangre de Thrive identificaba cánceres en individuos sin antecedentes de la enfermedad y que duplicó con creces el número de cánceres que se « detectaron por primera vez». El 25% de las mujeres que fueron diagnosticadas con cáncer habían identificadas por las pruebas actuales de atención estándar. Al incorporar el análisis de sangre, este porcentaje aumentó del 25% al 52%.

Otro dato muy revelador es que la prueba identificó cánceres en 10 órganos diferentes, siete de los cuales actualmente no tienen pruebas de detección estándar y que localizaba algunos tumores antes de metástasis clínicamente evidentes. El 65% de los cánceres identificados fueron localizados o regionales.

Cuando se combinó con las pruebas de imágenes, minimizó los resultados falsos positivos con una especificidad del 99,6%. También se encontraron entre las participantes del estudio otros cánceres no detectados por el análisis de sangre. En total, se diagnosticaron 96 cánceres durante los 12 meses de estudio. De estos, 26 fueron identificados por la prueba de sangre, 24 lo fueron por detección estándar y 46 por otros medios.

Un análisis sobre si las participantes en el estudio se sometieron a menos mamografías después del test sanguíneo respecto a los años anteriores reveló que sus hábitos no cambiaron sustancialmente, lo que sugiere que esta prueba se puede incorporar a la atención clínica de rutina sin disuadir a las participantes a someterse al cribado estándar.

«Este estudio representa un momento seminal en la detección del cáncer -señala Christoph Lengauer, de Thrive-. Por primera vez, se ha empleado un análisis de sangre en un entorno del mundo real y ha sido capaz de duplicar el número de cánceres identificados. Además, hemos visto que puede ser complementario a las pruebas de detección estándar existentes y supone un beneficio para muchos tipos de cánceres como ovario o riñón, que no tienen ninguna test de detección actual». (ABC)

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