Extravíos y daños de patrimonio, riesgos tras la intervención del Munarq
Cuando transcurrió una semana del desalojo del personal del Museo Nacional de Arqueología (Munarq), se siguen sumando voces del sector cultural que advierten sobre el riesgo que corren las más de 40.000 piezas de patrimonio nacional que resguarda el repositorio.
“El Ministerio (de Educación) no ha hecho un comunicado claro de cuál es la situación. Esto ha generado mucha susceptibilidad y preocupación porque el museo está posiblemente en un estado de indefensión”, explicó Claudia Rivera, arqueóloga y docente en la Universidad Mayor de San Andrés. “Esas colecciones son muy importantes y preocupa mucho que no se las maneje con los protocolos y el cuidado adecuado”, agregó.
El principal temor yace en la posibilidad de deterioro e incluso de extravío de piezas patrimoniales que son irreemplazables. Algunas momias, por ejemplo, deben mantenerse en salas climatizadas y en caso de no ser debidamente monitoreadas la temperatura, las piezas pueden sufrir daños irreversibles.
“El problema es que al retirarse a los funcionarios de forma tan abrupta, no ha dado tiempo de dejar formalmente estos inventarios y colecciones a la nueva administración. (…) No sabemos en qué condiciones han dejado las cosas. No sabemos quién está cargo de qué”, subrayó Carlos Ostermann, antropólogo que lleva muchos años trabajando en el área de la arqueología.
“Tiene que haber alguien que tenga la suficiente capacidad para supervisar todas las acciones y para velar por el patrimonio”, apuntó.
El pasado 1 de julio, el personal del Munarq fue desalojado bajo el argumento de que eran exfuncionarios, pese a que no habían recibido un memorando de despido. Inmediatamente la Sociedad de Arqueología de La Paz se declaró en “estado de emergencia” y advirtió sobre el periodo de “vacío y posterior caos” que reina en la gestión del patrimonio.
“Si se va a hacer una transferencia del museo a este ministerio, tiene que hacerse con una serie de personas capacitadas para poder transferir todos estos bienes culturales con los protocolos y de manera adecuada”, reiteró Rivera. “Si no hay un control adecuado pueden pasar varias cosas: el deterioro de materiales muy sensibles que necesitan ser monitoreados y la posibilidad que se pierda material arqueológico”, añadió.
Pero la preocupación del sector va más allá del caso puntual del Munarq. El desmembramiento del Ministerio de Culturas y Turismo —que deja en manos del Ministerio de Educación a la Dirección de Patrimonio Cultural, la Unidad de Arqueología y Museos y al Munarq— ha iniciado una ola de incertidumbre que también ha afectado a la arqueología.
“La Unidad de Arqueología y Museos es la que vela por el patrimonio arqueológico, fiscaliza los trabajos y es la que emite autorizaciones para el trabajo arqueológico en Bolivia. Si está cerrada, no sé qué va a pasar con el trabajo mismo de los arqueólogos”, apuntó Rivera. “Lo importante es que el ministerio ahora dé una señal y diga qué están pensando hacer y qué va a pasar. Me parece que hay mucho desconcierto por la falta de información”, subrayó. (Página Siete)
