Muestran por primera vez el verdadero rostro de Rafael de Urbino y ponen fin al misterio de su cadáver

0

Por primera vez se reconstruye en tres dimensiones el verdadero rostro de Rafael Sanzio (Urbino, 6 de abril 1483 – 6 abril 1520). Se ha podido confirmar así, gracias a la tecnología, y después de siglos de dudas y controversia, que los restos guardados en la tumba del Panteón en Roma pertenecen a Raffaello.

Olga Rickards, una de las principales expertas mundiales en antropología molecular, explica la importancia del estudio realizado, que será publicado por la prestigiosa revista «Nature»: «Esta investigación proporciona por primera vez evidencia concreta de que el esqueleto exhumado en el Panteón en 1833 pertenece a Rafael y abre el camino para posibles futuros estudios moleculares sobre restos esqueléticos, destinados a validar esta identidad y determinar algunos caracteres fenotípicos (color de ojos, cabello y tez), el origen geográfico o la presencia de cualquier marcador genético que predisponga a enfermedades».

Mattia Falconi, profesor de Biología Molecular en Tor Vergata, ha explicado que «hasta ahora» no existía ninguna «certeza de que los restos encontrados y conservados en el Panteón fueran realmente los de Rafael». Los restos, por cierto, habían sido exhumados por Antonio Trasmondo en 1833.

Para despejar las dudas se ha procedido a la reconstrucción tridimensional computerizada del rostro de Rafael, utilizando un molde de yeso del cráneo de Rafael, realizado por el escultor Camillo Torrenti en 1833 con motivo de la exhumación del artista, molde expuesto en el Museo dedicado al pintor en Urbino.

La profesora de Antropología Forense en la Universidad de Tor Vergata Cristina Martínez-Labarga insiste en la importancia de la técnica de reconstrucción facial: «Representa una técnica interdisciplinar capaz de recrear, basándose exclusivamente en la morfología del cráneo, el rostro de una persona en el momento de su muerte. Este procedimiento se ha utilizado en numerosas ocasiones para revelar las caras de restos craneales de importancia arqueológica e histórica, así como para la identificación cuando se usa en el campo forense».

Resultados finales

En esta investigación sobre el maestro del Renacimiento inicialmente se determinó el perfil biológico. Finalmente, se comparó la reconstrucción con los autorretratos de Rafael y con pinturas de otros autores para evaluar la posibilidad de que el pintor fuera el sujeto representado. «El análisis morfológico y métrico del molde –explica el profesor Falconi– nos permitió establecer que el cráneo muestra características físicas compatibles con la apariencia del personaje, y podría pertenecer a Rafael. Los resultados finales obtenidos son coherentes y completamente superponibles con el perfil del maestro de Urbino que nos ha transmitido la evidencia histórica y sus obras artísticas».

Tras esta apreciación del profesor Falconi, se hace inevitable la comparación de la reconstrucción en 3D realizada por los investigadores de la Universidad Tor Vergata con el famoso autorretrato realizado por Rafael entre 1504 y 1506, y conservado en los Uffizi de Florencia.

Según la interpretación de esos expertos, el pintor habría tenido rasgos del rostro pronunciado, en particular la mandíbula, mientras que en su autorretrato Rafael se pinta con rasgos suaves, los mismos con los que solía representar a sus personajes. La diferencia es evidente. De ahí que el diario «Il Messaggero» haya titulado su reportaje sobre la investigación: «El verdadero rostro de Rafael, tan diferente al mito».

La impresión tridimensional de la obra, realizada en un busto de tamaño real y realizada por la Fundación Vigamus, será donada a la Academia Rafael y se exhibirá permanentemente en el museo «Casa Natal de Rafael» en Urbino.

El misterio de su muerte

El estudio, en coincidencia con el quinto centenario de la muerte de Rafael, ha tenido gran repercusión. Con este motivo, vuelve a surgir el interrogante sobre las causas de la muerte de Rafael: ¿sífilis, envenenamiento o pulmonía? Los científicos se inclinan por una fulminante pulmonía. Esto podría confirmarse con el análisis de los huesos y una inspección de los restos, tarea nada fácil. Se tendría que abrir el sarcófago donado en 1833 por Gregorio XVI, que encierra un ataúd de plomo y este a su vez otro féretro de madera.

Sobre la tumba del «Divino pintor» figura un epitafio en latín que le dedicó el cardenal y poeta Pietro Bembo: «Aquí yace Rafael. Cuando vivía, la Naturaleza temió ser vencida por él, y al morir él, temió morir ella». Es difícil encontrar un epitafio de tanta profundidad sobre la tumba de un artista. (ABC)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *