El origen de la COVID-19 y la hipótesis del escape de un laboratorio
Es extremadamente improbable que la COVID-19 saliera de un laboratorio según el grupo de científicos seleccionados por la OMS que investiga su origen. En su informe tras la visita a China, este grupo de científicos independientes sostiene que el origen animal del coronavirus sigue siendo la hipótesis más probable. No obstante, tanto ellos como la agencia de la ONU encargada de velar por la salud mundial advierte de que nada es concluyente y que todas las opciones siguen sobre la mesa hasta que se establezca el origen de la pandemia, por lo que recomiendan que se siga investigando.
El grupo internacional de científicos seleccionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para investigar el origen del virus SARS-CoV-2 ha hecho público el informe con sus conclusiones sobre la investigación que llevaron a cabo en China, en el que establecen que el origen animal del virus es la causa más probable de la pandemia de COVID-19 y consideran un escape de laboratorio como “extremadamente improbable”.
«No había indicios que nos llevaran a mirar el accidente de laboratorio y se catalogó como la vía menos probable. Pero, si es necesario explorarlo más, por supuesto, lo haremos. Si hay datos nuevos o información de cualquier hipótesis, lo incorporaremos», dijo Peter Benenbarek, director del equipo científico, en una rueda de prensa en la que se presentó el informe.
El director general de la agencia de la ONU, por su parte, ha señalado que “en lo que respecta a la Organización Mundial de la Salud, todas las hipótesis siguen sobre la mesa”.
“Este informe es un comienzo muy importante, pero no es el final. Todavía no hemos encontrado la fuente del virus, y debemos continuar siguiendo la ciencia y no dejar piedra sin remover, como hacemos», dijo el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El documento, de 120 páginas, señala que los expertos internacionales examinaron cuatro hipótesis sobre el origen del virus y les dieron un grado de probabilidad:
1: transmisión zoonótica directa (de animal a persona): Probable
2: introducción del virus a través de un anfitrión intermedio seguido por una transmisión zoonótica (es decir, de un animal a otro y de este a una persona): Muy probable
3: introducción a través de una cadena de frío/alimentaria: Posible
4: escape de un laboratorio: extremadamente improbable
Los 17 científicos, procedentes de diferentes países y campos, como la medicina, la veterinaria o la biología llegaron a sus conclusiones por consenso, según explicaron en rueda de prensa, donde reconocieron haber recibido presiones políticas de diferentes países.
Preguntados sobre por qué consideran que el escape de laboratorio es la menos probable, Benenbarek dijo: “francamente, esa fue la primera reacción de todo el mundo en aquel momento, a principios de enero, ¿habrá sido el laboratorio?… Todo el mundo sabía que había un laboratorio en Wuhan o, mejor dicho, varios laboratorios. Incluso, el personal en estos laboratorios nos dijo que su primera reacción cuando oyeron de esta enfermedad emergente, este nuevo coronavirus, fue preguntarse si era algo que hubiera salido del laboratorio, y todos repasaron su trabajo para ver si se había producido un escape, pero nadie pudo encontrar ahí ninguna traza de algo similar a este virus”.
“Por supuesto, fue una conjetura lógica que todo el mundo hizo en ese momento. Pero más allá de la idea de que hay un laboratorio o varios laboratorios en las cercanías de la ciudad, nadie ha sido capaz de aportar un argumento o prueba de que alguno de estos laboratorios ha estado implicado en un accidente. Es verdad que, de vez en cuando, ocurren accidentes de laboratorio; lo hemos observado a la largo de la historia en muchos lugares; por tanto, es posible y, naturalmente, parte de las conclusiones del informe es que no es imposible que ocurriera; pero no hemos sido capaces de oír, ver u observar algo que permita conclusiones diferentes por nuestra parte”, explicó Benenbarek.
En el informe, entre los argumentos en contra de esta hipótesis, los científicos señalan que “no hay registros de virus estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2 en cualquier laboratorio antes de diciembre de 2019, o genomas que en combinación pudieran proporcionar un genoma de SARS-CoV-2. En cuanto al cultivo accidental, antes de diciembre de 2019, no hay evidencia de circulación del SARS-CoV-2 entre personas a nivel mundial, y el programa de vigilancia implementado era limitado en cuanto al número de muestras procesadas y, por lo tanto, el riesgo de cultivo accidental de SARS-CoV-2 en el laboratorio es extremadamente bajo”.
No obstante, reconoció que “no se ha investigado a ninguno de los laboratorios” de Wuhan “ni del resto del mundo” y, por lo tanto, aseguró que no pueden determinar más de lo que han determinado.
Sí hay pistas sobre el origen animal
También reconoció que ese no era el foco de su investigación debido a esa falta de pruebas mientras que, si tenían otras “muchas pistas y otros estudios a los que mirar” sobre el origen animal del virus (muy probablemente un murciélago), e incluso sobre su posibilidad de transmisión a través de la cadena alimentaria o la cadena de frío.
“Si no hubiéramos visto otras cosas, si no hubiéramos tenido pistas, entonces quizás hubiéramos mirado otras alternativas, incluidos otros escenarios. Pero teníamos pistas muy fuertes que debíamos explorar más y que, por tanto, eran el camino natural para seguir. Claro, si esto no conduce a ningún lugar, podemos reevaluar nuestra hipótesis. Es un proceso dinámico. Nada está escrito en piedra”.
Por eso, agregó que hasta que los científicos “no tengan una pista firme” que los lleve a una dirección, mantienen abiertas las otras posibilidades. “Es un proceso lento y complejo que demanda que no nos precipitemos en las conclusiones”, agregó.
Papel del mercado de Wuhan
Uno de los puntos que no está claro en todo el proceso de transición, por ejemplo, es el papel que jugó el mercado de Huanan, en Wuhan.
Las investigaciones indican que hubo casos iniciales que no tenían ninguna relación con el mercado de Huanan y en diciembre ya había una considerable transmisión del virus en la ciudad que tampoco puede asociarse con ese lugar.
“El mercado en Huanan tuvo un papel amplificador, pero en ese momento de los primeros casos ya había alguna diversidad del virus que nos indica que hay alguna cadena de transmisión que no conocemos, así que hay que investigar más”, dijo la profesora Marion Koopman, una de las integrantes del equipo.
Estas informaciones, «pueden sugerir que este mercado no fue la fuente inicial del brote», dice el informe.
Continuación de las investigaciones
Por todo ello, los científicos indicaron que se tienen que continuar las investigaciones en colaboración con China, y que deben incluir incluso el explorar los casos sospechosos que se produjeron en Europa al mismo tiempo que se detectó la existencia del virus.
Una de las recomendaciones en el informe es que, para futuros estudios, las autoridades chinas compartan todos los datos en bruto que se necesitan.
“Encontrar el origen de un virus lleva tiempo y le debemos al mundo encontrar la fuente para que podamos tomar medidas colectivas que reduzcan el riesgo de que esto vuelva a suceder. Ningún viaje de investigación puede proporcionar todas las respuestas», indicó por su parte el doctor Tedros.
El director de la Organización Mundial de la Salud concluye que serán necesarios “más datos y estudios para llegar a conclusiones más sólidas” y “potencialmente misiones adicionales con especialistas”, que asegura estar “listo para desplegar”. (Fuente: Noticias ONU)