Avanzan en el desarrollo de una nueva vacuna contra la COVID-19
El desarrollo de un nuevo candidato vacunal contra el coronavirus SARS-CoV-2, culpable de la enfermedad pandémica COVID-19, está cerca de llegar a su fin.
La iniciativa se lleva a cabo en el ámbito de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) de Argentina.
“El grado de avance de la primera etapa del proyecto puede ser considerado como cercano al 90% en su conjunto”, asegura Claudio Prieto, director de la investigación que lleva adelante un equipo de científicos y científicas de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL, el CONICET y las empresas Cellargen Biotech SRL y Biotecnofe SA. En esencia, se trata del desarrollo de proteínas recombinantes para el uso en vacunas que puedan prevenir la COVID-19 y, además, la producción de kits de diagnóstico, control y monitoreo de la enfermedad.
En cuanto al grado de avance de la investigación, Prieto indicó a Argentina Investiga: “Los candidatos vacunales ya han sido evaluados en animales de experimentación, observándose una muy buena respuesta y la producción de proteínas de SARS-CoV-2 para su implementación en kits diagnósticos ya alcanzó el 100%, lo mismo que con el desarrollo de kits diagnósticos para COVID-19. A partir de ahora comenzará una nueva etapa, que tiene que ver con el desarrollo de los procesos de escalado y el análisis de los rendimientos de cada una de las etapas. Los resultados logrados trabajando en una escala de laboratorio analítico son alentadores”.
“Implica un gran orgullo que una investigación de esta naturaleza se desarrolle en el ámbito de una universidad pública como la UNL”, subrayó el rector Enrique Mammarella, para luego completar: “Es un deber de todas y todos trabajar por una ciencia más innovadora y comprometida con la realidad, buscando resolver los problemas de la ciudadanía y, desde el conocimiento, contribuir al desarrollo de políticas públicas de calidad”.
“De los cinco antígenos propuestos inicialmente, tres de ellos resultan ser los más apropiados para ensayar (UNL-1, UNL-2 y UNL-4), dos antígenos que denominamos solubles (UNL-1 y UNL-2) y uno que denominamos de tipo VLPs (UNL-4). En todos los casos se trata de antígenos a subunidades compuestos por proteínas producidas en forma recombinante en ausencia de virus”, detalló Prieto y completó: “En cuanto a la productividad de las líneas celulares generadas, los resultados alcanzados son muy alentadores. Dos líneas celulares (UNL-1 y UNL-2) ya fueron cultivadas en biorreactores de un litro y en medio de cultivo libre de componentes animales”.
En cuanto a la producción de un método para control y monitoreo epidemiológico de la enfermedad, Prieto explicó que “se desarrolló, optimizó y validó un ELISA indirecto, que demostró una sensibilidad del 88% y una selectividad del 99%, parámetros dentro de los rangos reportados para ensayos de inmunodetección. En la actualidad, se trabaja con este método evaluando una mayor cantidad de muestras de suero/plasma de pacientes sanos, convalecientes y, además, vacunados y no vacunados para determinar títulos de anticuerpos utilizando como referencia otros métodos de cuantificación”.
El equipo multidisciplinario de trabajo está compuesto por 14 investigadores: Diego Fontana, Agustina Gugliotta, María Celeste Rodríguez, Natalia Ceaglio, Victoria Gastaldi, Sebastián Antuña, Belén Tardivo, Ernesto Garay, Javier Villarraza, Antonela Fuselli, Pablo Mussio, Lautaro Leschiuta, Joaquín Cervetti y Claudio Prieto. Están nucleados en el Centro Biotecnológico del Litoral, perteneciente a la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la UNL, e investigadores que además le dan vida a dos Empresas de Base Tecnológica incubadas en FBCB-UNL Cellargen Biotech SRL y Biotecnofe SA; esta última, además, prerradicada en el Parque Tecnológico del Litoral Centro. El grupo de trabajo tiene vasta trayectoria en el desarrollo de otras vacunas tanto para humanos como para animales, entre las que se destacan una vacuna antirrábica y una contra la hepatitis B. Esto hace que puedan utilizar todo el saber acumulado y el equipamiento disponible para buscar más rápidamente soluciones al coronavirus. (Fuente: Andrea Vittori / UNL / Argentina Investiga)