Cambio climático y alergias
Los efectos de las alergias estacionales, generalmente provocadas por la liberación de polen, van desde síntomas moderados de irritación, como por ejemplo lagrimeo, estornudos o sarpullidos, hasta trastornos más graves, como dificultad para respirar o anafilaxia. Según algunas estimaciones, en países como Estados Unidos, el 30 por ciento de los adultos y el 40 por ciento de los niños padecen alergias.
Los vegetales que producen el polen se ven afectados por el cambio climático global. El aumento de las temperaturas hace que su liberación de polen se active antes de lo que era habitual. Las temperaturas más altas también pueden aumentar la cantidad de polen producido.
Yingxiao Zhang y Allison Steiner, ambas de la Universidad de Michigan en Estados Unidos, han llevado a cabo una investigación sobre esta cuestión.
Los resultados de su estudio, que ha contado con el apoyo de la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) de Estados Unidos, indican que las temporadas de alergias estacionales muy probablemente serán más largas y más intensas como consecuencia del aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático global de origen humano.
A finales de este siglo, las emisiones de polen podrían comenzar 40 días antes de lo que era usual entre 1995 y 2014, y terminar 19 días más tarde de lo que era habitual.
Además, por culpa del aumento de las temperaturas y de los niveles de dióxido de carbono, la cantidad anual de polen emitido cada año podría aumentar hasta un 200 por ciento.
El estudio se titula “Projected climate-driven changes in pollen emission season length and magnitude over the continental United States”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Communications. (Fuente: NCYT de Amazings)