Murió Edgar Ávila Echazú, la poesía y el arte están de luto
El mundo de las letras fue bastante pequeño para él, por eso saltó al pincel y las pinturas… también se acurrucó en los estudios de la historia. El artista Edgar Ávila Echazú era un hombre multifacético que murió antes de cumplir 92 años. Deja una huella profunda en el quehacer intelectual del país.
Nació en el lado rebelde de Tarija, ciudad de la que fue su alcalde. También fue autoridad nacional y se enfrentó al gobierno dictatorial de Hugo Banzer.
En su juventud anduvo entre su terruño y la ciudad de La Paz, donde se hizo amigo de otro artista boliviano de varios campos del saber: Jaime Saenz.
Marco Montellano, quien trabajó de forma cercana con Ávila en la antología Poesía (obra de la editorial 3600), lamentó el fallecimiento del tarijeño. “Es triste la pérdida de una persona cuya producción ha sido tan grande, tanto en lo académico como en lo artístico, no olvidemos que don Edgar Ávila ha sido historiador, además de narrador, escribió novelas y cuentos, también fue pintor”.
Montellano también reivindicó la figura del padre del artista, Federico Ávila, quien fundó la universidad Juan Misael Saracho. “En muchas maneras (Edgar) enfoca su trabajo histórico completando la historia de su padre”, explica.
Lo recuerda como un personaje entretenido, culto y risueño. “Realmente era un buen tipo, alguien muy tranquilo”, sentencia el literato Montellano.
Martín Zelaya también trabajó en la antología Poesía y tuvo la oportunidad de conocer al autor de la novela Ceniza del viento.
También lo recuerda como un hombre con un afilado sentido del humor y una lucidez envidiable (se conocieron en 2017) para una persona que pasó los 80 años hacía mucho tiempo. “Era una persona muy entrañable”, sentencia el editor.
Añade respecto a su obra: “Es muy triste la noticia de la partida de don Edgar Ávila. Era uno de los últimos poetas y escritores de su generación, de esa generación aunque muy menor a Jaime Saenz estaba muy presente en la literatura saenziana que dominó el espectro de la narrativa y de la poesía en Bolivia en los años 50, 60 y 70”.
Zelaya acotó que quedan muy pocos escritores de su valía, “que han hecho tanto por Bolivia”.
La partida del vate golpeó a su familia. Su nieto Karloz De La Torre escribió en su cuenta de Facebook: “Hoy se ha ido mi abuelo, Edgar Ávila Echazú. Fue un gran poeta y pintor e historiador pero, sobre todo, fue un gran tipo. Un gran amigo de sus amigos, un gran padre para sus hijos y un lujo de abuelo”.
Agradeció tres enseñanzas: “para escribir hay que leer, que la música lo cambia todo y que debería estar prohibido barrer los parques en otoño”.
La obra Poesía se encuentra en diferentes librerías de la ciudad de La Paz. (Página Siete)