Más material biológico de lo creído flotando a gran altitud en la atmósfera

0

Unos científicos han adoptado un enfoque revolucionario para estudiar el material biológico de la atmósfera. Han desarrollado una sonda y un sistema de soporte duraderos y esterilizables para capturar ácidos nucleicos ambientales del aire. Lo recolectado ha superado todas las expectativas.

Utilizando este innovador sistema, el equipo de Kimberly Metris, de la Universidad Clemson en Estados Unidos, realizó un cartografiado aéreo del ADN ambiental empleando un patrón de vuelo con avioneta estandarizado y adaptable a gran escala. El objetivo del estudio era recoger bioaerosoles, que son materia biológica en forma de aerosol, a diversas altitudes por encima de las principales fuentes de emisiones, y secuenciarlos para su identificación.

Los resultados del estudio son llamativos. Mediante el uso de su sonda de muestreo y la secuenciación metagenómica de alto rendimiento, los investigadores descubrieron la presencia generalizada de ácidos nucleicos ambientales procarióticos y eucarióticos en la atmósfera, alcanzando miles de metros de altitud en el sudeste de Estados Unidos. En particular, los autores del estudio recolectaron ácidos nucleicos ambientales de pollo, vaca y humano en todas las altitudes a las que voló la sonda.

Los investigadores identificaron varios alérgenos vegetales comunes procedentes de gramíneas, hierbas y árboles, así como de especies de las que no se suele tener constancia en el aire, como el ajo, lo que revela una gran diversidad de material biológico aerotransportado.

También descubrieron bacterias patógenas y bacterias cuya presencia en la atmósfera se desconocía previamente, pero que se encuentran en otros entornos extremos, como los sedimentos de las profundidades marinas.

Las repercusiones de esta investigación pueden ser de gran alcance, con aplicaciones en biodiversidad, ecología de la vida salvaje, biodefensa y vigilancia de patógenos y alérgenos. El estudio demuestra que los bioaerosoles pueden tener su origen en procesos naturales, como la polinización inducida por el viento en campos y bosques, y en actividades mediadas por el ser humano, como por ejemplo la agricultura, el tratamiento de aguas residuales y diversas prácticas industriales.

El estudio se titula “Aircraft surveys for air eDNA: probing biodiversity in the sky”. Y se ha publicado en la revista académica PeerJ. (Fuente: NCYT de Amazings)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *