Nuevas vías de tratamiento de los linfomas cutáneos
Se abren nuevas vías de tratamiento en el ámbito de los linfomas cutáneos gracias a los resultados de un fármaco basado en la inmunoterapia.
Un estudio clínico confirma que el fármaco brentuximab vedotin es eficaz y seguro para algunos tipos de linfomas cutáneos de células T. Esto representa un avance significativo para el tratamiento de este tipo de cáncer de baja recurrencia, aunque crónico, progresivo y debilitante.
El estudio clínico lo han liderado científicos del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ubicado también en Hospitalet de Llobregat y que forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Cataluña.
Los linfomas cutáneos de células T se conocen en su conjunto como linfomas no Hodgkin. Empiezan como erupciones en la piel cuando los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos, se vuelven cancerosos por un proceso que se desconoce todavía.
El brentuximab es un tipo de terapia dirigida con un componente anticuerpo que se fija en la proteína CD30, que se encuentra en la superficie de las células tumorales, y que entonces libera el fármaco destruyendo estas células.
El estudio se ha hecho sobre 67 pacientes de 21 centros hospitalarios de toda España y también con datos del Registro Español de Linfoma Cutáneo (RELCP). Se ha publicado en la revista académica European Journal of Dermatology and Veneoreology. El trabajo ha sido coordinado por la doctora Cristina Muniesa, investigadora del IDIBELL, del HUB y del Hospital de Viladecans.
Hasta ahora, la práctica clínica real con brentuximab vedotin era muy limitada en los linfomas cutáneos de células T, debido a la baja prevalencia de estos cánceres.
Sin embargo, este estudio abre vías de búsqueda de tratamientos, aportando nuevos datos sobre la efectividad de esta inmunoterapia en el tratamiento de formas avanzadas de micosis fungoide y trastornos linfoproliferativos CD30+, así como para el síndrome de Sézary y la micosis fungoide folicular.
Los datos de seguimiento a 18 meses del inicio con los ciclos de tratamiento muestran que el 67% de los pacientes respondían al fármaco y el 24% habían logrado la remisión total de las placas y tumores que presentaban en la piel. Según la publicación, la terapia tiene buena tolerancia en general, aunque la neuropatía es el efecto adverso más frecuente, afectando al 57% de los pacientes. (Fuente: IDIBELL)