Progresos para el lanzamiento de la misión ExoMars

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Con la meta del lanzamiento al espacio en septiembre de 2022, el rover robótico Rosalind Franklin de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha comenzado el año con meses de mantenimiento y pruebas completadas con éxito a sus espaldas. Todos sus componentes están listos para el despegue, a falta de unos pequeños ajustes finales previstos este mes.

«El rover está preparado y, tras superar las pruebas de despliegue de los paracaídas, estamos convencidos de que se cumplirán los plazos para la fecha de lanzamiento en septiembre», comenta Pietro Baglioni, líder del equipo del rover ExoMars de la ESA.

La mecánica celeste solo admite ventanas de lanzamiento relativamente breves, de diez días cada dos años, para que una nave espacial llegue a Marte desde la Tierra en el menor tiempo posible: unos nueve meses.

Rosalind se encuentra actualmente en una sala sometida a estrictas condiciones higiénicas en las instalaciones de Thales Alenia Space en Turín, Italia, justo al lado de su compañera de viaje, la plataforma de aterrizaje Kazachok. Después de pasar un examen final en abril, todos los componentes de la nave espacial —rover, módulo de descenso, plataforma de aterrizaje y etapa de crucero— llegarán al lugar de lanzamiento en Baikonur, Kazajistán, para el despegue.

«Justo antes de ese último viaje en la Tierra, instalaremos la versión final del software para que el rover pueda explorar Marte de forma independiente», explica Pietro.

Primeros movimientos en Marte

Después del fascinante descenso hasta la superficie de Marte, uno de los momentos más esperados de la misión ExoMars se hará realidad cuando Rosalind abandone la plataforma de aterrizaje y circule por primera vez por suelo marciano. La salida desde Kazachok consiste en un movimiento minuciosamente coreografiado que los ingenieros están ensayando en la Tierra.

El doble o “hermano” del rover Rosalind Franklin de la ESA ha partido con éxito desde la plataforma durante las pruebas recientemente realizadas en un simulador de la superficie de Marte en las instalaciones ALTEC de Turín.

Aunque la conducción a la hora de realizar estos ejercicios dura alrededor de 15 minutos, el proceso completo durará varios días marcianos. Una vez aterrice, el rover dedicará más de una semana a desplegar sus ruedas y el mástil, entre otras comprobaciones.

«La salida es una maniobra larga y crítica. Tenemos que ser muy cuidadosos y llevarla a cabo muy despacio para una mayor seguridad», indica Andrea Merlo, director de Robótica de ExoMars en Thales Alenia Space.

La plataforma de aterrizaje cuenta con dos rampas de salida: una en la parte delantera y otra en la parte trasera. Rosalind se ha diseñado para lidiar con pendientes pronunciadas, pero el centro de control terrestre será quien decidirá la forma más segura de salir.

«Cuando las seis ruedas entren en contacto la superficie de Marte comenzará la historia de este rover en el Planeta Rojo. Estamos preparados y deseando que llegue el momento», añade Andrea.

Amalia y Rosalind

El doble del rover ExoMars, hasta ahora conocido como «Ground Test Model», tiene un nuevo nombre: Amalia. El nombre de este modelo de prueba tiene su origen en la profesora Amalia Ercoli Finzi, una reconocida astrofísica con una gran experiencia en dinámica de vuelos espaciales.

Amalia fue la primera mujer que se licenció en ingeniería aeronáutica en Italia y, además de ser asesora científica de la ESA y la NASA, diseñó el taladro del módulo de aterrizaje de Rosetta y Philae, e impulsó con fuerza el desarrollo del taladro de ExoMars hace ya 20 años.

«Me siento halagada y muy orgullosa de que este componente fundamental de la misión del ExoMars lleve mi nombre. Marte nos espera», declaró Amalia tras recibir la noticia.

Los ingenieros están utilizando el rover Amalia a fin de reproducir distintos escenarios que les ayuden a tomar decisiones para que Rosalind pueda realizar su cometido con total seguridad en el complicado entorno de Marte. Se trata de un modelo plenamente representativo de lo que el rover podrá conseguir en el planeta rojo.

«La diversión acaba de comenzar. Utilizaremos a Amalia para llevar a cabo maniobras de riesgo, desde conducir por las pendientes de Marte a fin de hallar la mejor vía para realizar operaciones científicas, hasta perforar y analizar rocas», explica Andrea.

Hasta el momento, Amalia ha logrado perforar muestras de suelo de hasta 1,7 metros y hacer funcionar todos los instrumentos mientras envía datos científicos al Centro de Control de Operaciones del Rover (ROCC, por sus siglas en inglés), que se encargará del seguimiento del rover de fabricación europea en Marte.

Trabajo en equipo

El año 2021 ha sido todo un reto para llegar a tiempo al punto de salida, doblando los turnos y sin pausas en un contexto con múltiples cambios por la pandemia de la COVID-19.

«La cooperación entre la industria europea y rusa, la coordinación entre las distintas agencias espaciales y el trabajo de los equipos técnicos ha sido espectacular», afirma con orgullo Pietro.

Gracias al trabajo conjunto de los diferentes equipos se han resuelto aspectos de vital importancia, como los del sistema de paracaídas y la electrónica del módulo de descenso, para que se pueda llevar a cabo el lanzamiento en septiembre de 2022.

En Baikonur han comenzado los preparativos para el lanzamiento, y un equipo de apoyo trabaja desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC, por sus siglas en inglés) en Darmstadt, Alemania.

El TGO (Trace Gas Orbiter) de la ESA y Roscosmos espera la llegada de ExoMars al Planeta Rojo. Además de desempeñar su propia misión científica, la sonda transmite información del rover Perseverance de la NASA. Desde 2021, también se encuentra en la superficie de Marte el rover Zhurong de China.

«Queda muy poco tiempo para que el rover europeo, que llevará a bordo un laboratorio científico de gran calidad, se una en 2023 al resto de vehículos en Marte», afirma Pietro. (Fuente: ESA)

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