Cultivar virus para usarlos contra bacterias resistentes a los antibióticos

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los gérmenes multirresistentes (resistentes a más de un antibiótico o medicamento, ante los cuales antes eran vulnerables) son una de las mayores amenazas para la salud. Solo en la Unión Europea, 33.000 personas mueren cada año como consecuencia de infecciones bacterianas que no pueden tratarse con antibióticos. Por tanto, se necesitan urgentemente tratamientos alternativos.

Los virus bacteriófagos, depredadores naturales de las bacterias, son una solución prometedora. Hay millones de tipos diferentes de estos virus en la Tierra, cada uno de los cuales está especializado en determinadas bacterias. En la naturaleza, los virus utilizan las bacterias para reproducirse; insertan su ADN en la bacteria, donde los virus se multiplican rápidamente. Al final acaban con la bacteria y pasan a infectar nuevas células bacterianas. Los bacteriófagos funcionan como un antibiótico específico al atacar y destruir un tipo concreto de bacteria.

Los bacteriófagos ofrecen un enorme potencial para terapias personalizadas y muy eficaces contra las enfermedades bacterianas infecciosas. Sin embargo, hasta hace poco, no era posible producir bacteriófagos de forma específica, repetible, segura y eficiente.

Ahora, el equipo de Gil Westmeyer, de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) en Alemania, ha desarrollado un nuevo método de producción controlada para obtener bacteriófagos de uso terapéutico.

La base para la nueva tecnología es una solución nutritiva especial en la que se forman y reproducen los bacteriófagos. La solución nutritiva consiste en un extracto de material de bacterias de la especie E. coli y no contiene células viables; esta es de una diferencia fundamental con respecto a los anteriores métodos de producción de bacteriófagos, que tradicionalmente utilizaban cultivos celulares con cepas de bacterias potencialmente infecciosas.

Westmeyer y sus colegas han podido demostrar ahora la producción dirigida de bacteriófagos en la solución nutritiva sin células: El único componente necesario es el genoma (el ADN simple) de los virus deseados. El genoma contiene, por así decirlo, los planos íntegros para la construcción de los bacteriófagos. Cuando el ADN es inyectado en la solución nutritiva que contiene los componentes moleculares y las enzimas de la bacteria E. coli, las proteínas se ensamblan de acuerdo con el proyecto: Se generan miles de copias idénticas en pocos segundos. Este método de producción no solo es rápido y eficaz, sino también muy limpio: el proceso elimina la contaminación por toxinas bacterianas u otros bacteriófagos, que son una posible complicación en los cultivos celulares.

El equipo puso a prueba su técnica en el caso concreto de una persona con una infección cutánea por bacterias resistentes a los antibióticos. Usando una muestra de esas bacterias tomada del paciente, el equipo seleccionó un bacteriófago idóneo y aisló su ADN. El virus fue entonces producido en la solución nutritiva sin células y finalmente se utilizó para combatir con éxito a las bacterias multirresistentes.

Westmeyer y sus colegas exponen los detalles técnicos de su método en la revista académica Cell Chemical Biology, bajo el título “Cell-free production of personalized therapeutic phages targeting multidrug-resistant bacteria”. (Fuente: NCYT de Amazings)

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