Enfermedad pulmonar y actividad física en la infancia

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¿Hasta qué punto influye el pulmón en la intolerancia al ejercicio en niños con enfermedades respiratorias crónicas?

Unos investigadores en España han analizado la respuesta ventilatoria al ejercicio en niños con enfermedad pulmonar para intentar responder con precisión a esta pregunta.

Solo en España se calcula que alrededor de 397.000 niños padecen asma y que la fibrosis quística, otra importante patología pulmonar, afecta a uno de cada 5.000 recién nacidos en el país, siendo la más frecuente entre las enfermedades raras. Conocer en qué medida estas dos patologías pueden limitar la capacidad de los menores para desarrollar su día a día o realizar actividad física es importante de cara a diseñar programas específicos para ellos.

El equipo de investigación, integrado, entre otros, por Margarita Pérez-Ruiz, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), y Márcio Vinícius Fagundes Donadio, de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), ha analizado la respuesta ventilatoria al ejercicio en niños con estos dos tipos de enfermedad pulmonar para tratar de determinar hasta qué punto sus patologías les limitan y condicionan a la hora de realizar ejercicio.

“Tratamos de analizar la respuesta ventilatoria al ejercicio para detectar la posible limitación que originaba el pulmón, así como describir la capacidad de ejercicio en dos poblaciones pediátricas con enfermedad pulmonar y un grupo de niños sanos”, explica Margarita Pérez-Ruiz, del Grupo ImFINE de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid y una de las autoras de este estudio.

“La intolerancia al ejercicio es común en las enfermedades crónicas de las vías respiratorias (EAC), pero sus mecanismos aún no se conocen bien. Por ello, el objetivo de nuestro estudio fue evaluar la capacidad de ejercicio y su asociación con la función pulmonar, la limitación ventilatoria y la eficiencia ventilatoria en niños y adolescentes con fibrosis quística (FQ) y asma en comparación con controles sanos”, añade.

Los asmáticos, más limitados en su capacidad cardiorrespiratoria

Como muestra, los investigadores analizaron un total de 147 pacientes con edades comprendidas entre los 11,8 y los 3 años de edad. Se analizaron las tres patologías, asma fibrosis quística y se compararon con el grupo de niños sanos.

Tal y como esperaban, los resultados mostraban diferencias entre los niños asmáticos y niños con fibrosis quística en comparación con sus pares sanos en las mediciones antropométricas y de la función pulmonar. Los datos mostraron también variaciones significativas entre los niños asmáticos, más limitados por su función pulmonar a la hora de realizar ejercicio y los que tenían fibrosis quística, cuyos resultados fueron más favorables en lo que a la capacidad de ejercicio se refiere, aunque los valores eran peores en cuanto a reserva respiratoria.

“Los pacientes con fibrosis quística lograron una buena capacidad de ejercicio a pesar de la baja eficiencia ventilatoria, la baja reserva respiratoria y la función pulmonar reducida. Sin embargo, los asmáticos obtuvieron una capacidad de ejercicio reducida y una eficiencia ventilatoria normal en el ejercicio máximo”, explica la investigadora de la UPM.

Los asmáticos mostraron una condición cardiorrespiratoria más baja en comparación con los niños sanos y con aquellos que padecían fibrosis quística, aunque los afectados por fibrosis quística mostraron peores valores en reserva respiratoria. “La variable reserva respiratoria fue más baja cuando se comparó a los pacientes con fibrosis quística respecto a sanos y asmáticos. Tanto los pacientes con fibrosis quística como los asmáticos presentaron valores más altos de equivalentes ventilatorios submáximos en comparación con los sanos indicando menor eficiencia ventilatoria en ambos”.

Para los investigadores, la importancia de este trabajo es que proporciona datos importantes a tener en cuenta de cara a hacer una pauta de ejercicio diferente con tipo, duración de sesión personalizada, con el fin de no originar rechazo a la actividad física en los menores.

“A veces el ejercicio cuando no se personaliza y no se adapta al paciente genera rechazo al mismo y se tiende a utilizar a dosis insuficiente como para originar las mejoras necesarias en el niño”, asegura Pérez-Ruiz. “Estos resultados nos pueden ayudar a personalizar los entrenamientos para conseguir que los menores con enfermedad pulmonar se sientan atraídos por el deporte a pesar de sus limitaciones”

Además de las instituciones ya mencionadas, en el estudio han participado también la Pontifícia Universidad Católica de Río Grande del Sur (PUCRS) en Brasil, la Universidad Europea de Madrid y el Hospital Universitario Infantil Niño Jesús de Madrid, en España estas dos últimas.

El estudio se titula “Mechanisms of ventilatory limitation to maximum exercise in children and adolescents with chronic airway diseases”. Y se ha publicado en la revista académica Pediatric Pulmonology. (Fuente: UPM)

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