¿Un corazón más fuerte lleva a una mente más clara?

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Se sabe que las personas con enfermedades cardiacas son más propensas a padecer problemas neurológicos que desembocan en demencias y vice versa, pero hasta ahora se desconocía si esta relación también existe en personas médicamente calificables de sanas. Una investigación ha explorado ahora esta cuestión.

El equipo de la cardióloga Zahra Raisi-Estabragh, de la Universidad Queen Mary de Londres en el Reino Unido, examinó los vínculos entre la salud del corazón y la función cognitiva en más de 32.000 personas.

El equipo evaluó la salud del corazón mediante mediciones de anatomía y de función obtenidas a partir de escaneos por resonancia magnética. La función cognitiva se evaluó mediante pruebas de inteligencia fluida (la capacidad de resolver problemas basados en la lógica) y el tiempo de reacción.

Los resultados muestran que, en este amplio grupo de individuos mayoritariamente sanos, los que tenían una estructura y una función cardiaca más saludables obtuvieron resultados significativamente mejores en las pruebas de capacidad cognitiva.

Para investigar los mecanismos subyacentes en las relaciones observadas, el equipo también estudió si los vínculos entre la salud del corazón y la del cerebro podían estar relacionados con factores de riesgo compartidos de enfermedades vasculares, como la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la obesidad.

La doctora Raisi-Estabragh y sus colegas descubrieron que, aunque estos factores eran importantes para determinar tanto la salud del corazón como la del cerebro, no proporcionaban una explicación completa de las asociaciones observadas. Esto sugiere que otros mecanismos alternativos pueden ser importantes en la mediación de las interacciones entre el corazón y el cerebro.

Por ejemplo, algunos estudios anteriores demostraron que las proteínas que se depositan anormalmente en el cerebro con la enfermedad de Alzheimer también pueden acumularse en el músculo cardíaco y provocar problemas de salud en él. Otra posibilidad es que la mala salud del cerebro y la mala salud del corazón sean meramente consecuencias de un envejecimiento algo más rápido de lo normal.

Los investigadores advierten que, al tratarse de un estudio observacional, no es posible llegar a conclusiones definitivas sobre la causalidad y no se puede afirmar que las enfermedades cardíacas causen un deterioro de la cognición, o viceversa. También es posible que la salud del cerebro y la del corazón parezcan estar conectadas debido a su asociación común con un tercer factor.

El estudio se titula “Associations of cognitive performance with cardiovascular magnetic resonance phenotypes in the UK Biobank”. Y se ha publicado en la revista académica European Heart Journal Cardiovascular Imaging. (Fuente: NCYT de Amazings)

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