Descubren un trilobites que tenía características inéditas

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El hallazgo de una especie de trilobites que hasta ahora era desconocida pone a prueba la teoría aceptada sobre el modo de vida de algunos de estos animales extintos del pasado lejano.

Unos científicos del Instituto de Geociencias (IGEO), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en España todas estas entidades, así como el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (INGEMMET) de Perú, han identificado un trilobites de hace 473 millones de años procedente de las rocas ordovícicas del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro peruano. Se trata de un nuevo género y especie del grupo de los trilobites trinucleidos nombrado Fantasticolithus isabelae, por sus singularidades morfológicas y en homenaje a la especialista española en trilobites Isabel Rábano, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), adscrito al CSIC. El estudio paleontológico ha corrido a cargo de Juan Carlos Gutiérrez-Marco (IGEO), director de la expedición, y Richard A. Fortey, investigador del Museo de Historia Natural de Londres en el Reino Unido.

Las rocas ordovícicas de este valle peruano han brindado este hallazgo. Se trata de una zona apartada de Perú con acceso muy complicado. Gutiérrez-Marco conoció la existencia de estos terrenos ordovícicos en 1998 y gracias a su tesón en la búsqueda de trilobites en tres campañas (2006, 2016 y 2018) recogió numerosos fósiles, entre los que se encontraba el denominado ahora Fantasticolithus isabelae.

Los trilobites trinucleidos son un grupo relativamente raro de trilobites (artrópodos marinos) que surgieron en el Cámbrico superior (hace unos 490 millones de años) y desaparecieron en el evento de extinción global de finales del Ordovícico (hace unos 440 millones de años). Se trata de un grupo muy especializado de trilobites ciegos y filtradores, que tenía una morfología característica: un cefalón (cabeza) muy grande en forma de herradura, un tórax con seis segmentos aplanados y un pigidio (cola) triangular y muy corto. El nombre del grupo alude a los “tres núcleos” que destacan en el centro del cefalón, que constan de un elemento central alargado (la glabela), y dos elementos laterales redondeados (las mejillas) de un relieve algo menor. Rodeando estos tres elementos existe una orla perforada por agujeros en forma de embudo que comunican con la parte ventral.

Los trinucleidos tenían una cabeza con tres relieves centrales y una orla perforada alrededor, que utilizaban para expulsar el agua de la cámara de filtración ventral que excavaban bajo su caparazón. En esta operación apoyaban la cabeza en el sustrato. La novedad del Fantasticolithus isabelae reside en que la cabeza permanecería elevada del fondo gracias a dos apoyos esqueléticos que salían de sus esquinas anteriores, visibles como agujeros en los moldes internos”, explica el científico.

“Otra característica singular”, continúa, “es la prolongación de la cabeza hacia atrás en dos mejillas anchas y finamente perforadas, similares a las de otro grupo muy distinto de trilobites (los harpétidos), con los que carecen de parentesco, pero que aquí se ofrecen como un carácter mixto y hasta ahora inédito, apoyando la hipótesis de que, probablemente, se debía a la adaptación a un modo de vida parecido. Creemos que estamos ante una estrategia diferente para filtrar las partículas alimenticias”.

El director de la expedición resalta que las conclusiones de este estudio de Perú, junto con las de otros del norte de Bolivia, reflejan descubrimientos en territorios muy poco conocidos, por lo que hay que seguir estudiándolos. “A mayor escala y centrándonos en los fósiles, podremos completar el conocimiento de las migraciones faunísticas de muchos invertebrados ordovícicos a lo largo de la plataforma marina que relacionaba Sudamérica, el norte de África y el suroeste de Europa antes de la apertura del actual Océano Atlántico”, concluye.

El estudio se titula “Extraordinary Ordovician trilóbite Fantasticolithus gen. nov. from Peru and its bearing on the trinucleimorph hypothesis”. Y se ha publicado en la revista académica Papers in Palaeontology. (Fuente: CSIC)

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